El puente de Rumichaca es uno de los principales sitios de ingreso de los venezolanos. Foto: Francisco Espinoza/PARA EL COMERCIO
La mayoría de ciudadanos de Venezuela que ingresa a Ecuador asegura que cruza la frontera para realizar turismo en el país, Perú o Chile.
Sin embargo, muchos han llegado para quedarse. Este es el caso de Adrianez Alarcón, de la Isla Margarita, que recibió un permiso de 180 días.
Esta arquitecta cumplió siete meses en la capital de Imbabura. Ahora tramita la Visa Unasur, que le permitiría una estadía regular hasta por dos años, en caso de recibir una temporal, y de manera indefinida, si obtiene una permanente.
Ecuador permite hasta 180 días de estadía en el país, desde la fecha de ingreso al territorio, a los extranjeros que ingresan con fines turísticos, explica Steep Vergara, coordinador de la Zona 1 del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Pero no todos obtienen el plazo máximo. En el puente de Rumichaca, que conecta a Colombia con Ecuador, hay llaneros que comentan que supuestamente cada vez se les reduce el tiempo de estadía.
“Conozco casos de compatriotas a los que les han extendido permisos solo por 15, 10 y 5 días”. Así asegura María Tovar, madre de Adrianez Alarcón, quien recibió hace 15 días una autorización para permanecer en Ecuador 60 días.
Vergara aclara que un oficial de Migración fija el período en función de la información que el viajero proporciona durante la entrevista de registro migratorio. “Se les consulta cuál es el destino, qué van a hacer y con qué recursos económicos cuentan para su subsistencia”.
Tovar arribó con USD 500, pero el dinero está a punto de acabarse, pues a más del pago de su alimentación y estadía ha tenido que ayudar en los gastos de manutención de su hija y un nieto de tres años.
Es por ello que Tovar comenzó a elaborar dulces de guayaba, mango, tamarindo, en casa de unos amigos, que vende en pequeñas tarrinas a USD 0,75.
Mientras tanto, su hija pinta figuras en los rostros de niños en parques de Ibarra, a cambio de USD 1, para sobrevivir.
“No podemos conceder 180 días a todos los visitantes que ingresan al país. Eso sería irresponsable”, explica Vergara.
También, señala que a los viajeros que están de paso por Ecuador rumbo a Perú o Chile se les exige presentar el boleto de viaje a esas naciones, extendido por una empresa de transporte de pasajeros.
Pero, si buscan regularizarse, Ecuador permite solicitar las visas correspondientes, cumpliendo los requerimientos establecidos en la vigente Ley de Movilidad Humana.
De enero a agosto de este año se han extendido 672 visas a ciudadanos venezolanos, en la Zona 1 -que corresponde a las provincias de Esmeraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos-. En el 2016 se entregaron 205.
Aunque la llegada masiva de venezolanos a Ecuador, por el puente de Rumichaca se inició hace cuatro años, el flujo más fuerte se evidenció entre julio y agosto últimos.
Los funcionarios ecuatorianos de Migración, que atienden a un promedio de 800 personas cada día, debieron tramitar el ingreso de hasta 2 900.
Según datos de la Oficina de Control Migratorio de Colombia, más de 95 000 llaneros cruzaron -entre enero y agosto- por el puente de Rumichaca.
La cifra la hizo pública Giovanni Ascuntar, coordinador de los puestos de migración de Nariño y Putumayo, durante la reunión de la red de actores humanitarios en frontera y la red de atención en migrantes.
Los venezolanos habrían informado que su destino no solo era Ecuador sino Perú y Chile. Y que salieron de su país en busca de mejores oportunidades, dadas las actuales condiciones que vive Venezuela.
Entre los destinos preferidos de los venezolanos en Ecuador están Guayaquil, Quito, Manta, Esmeraldas e Imbabura. En Perú es Lima. Al parecer, buscan condiciones geográficas similares a sus lugares de origen, como el clima, asegura Vergara.
El inusual arribo de venezolanos ha activado a instituciones de cooperación a personas en condiciones de movilidad, para asistirles con alimentación, capacitación y regularización.
El jueves último, decenas de venezolanos visitaban la sede de la Misión Scalabriniana, en Ibarra. Esta organización, que también trabaja en San Lorenzo (Esmeraldas), San Gabriel (Carchi), Lago Agrio (Sucumbíos) y Quito, atendía antes solo a población vulnerable, especialmente de Colombia.
Pero desde mediados del año anterior empezó a asistir a los venezolanos, comenta Adrián Acosta, promotor de medios de vida de la misión.
“La mayoría de llaneros que ha llegado tiene títulos de tercer nivel. Han encontrado en el comercio informal su principal fuente de empleo”, dice Acosta. Menciona, por ejemplo, los casos de Adrianez Alarcón y su madre María Tovar.