¿Se imagina lo que es tener que caminar 30 minutos para poder llegar desde su casa hasta la parada de buses más cercana?
Pues eso es lo que deben hacer quienes habitan en sectores periféricos de Quito como Calderón y Cocotog. Son personas que viven al final de caminos de tierra donde no hay veredas ni bordillos ni buses. Donde deben salir de casa de madrugada y a oscuras porque tampoco hay postes con luminarias.
Los vecinos de estos barrios aseguran que la extensión de rutas del transporte público que llevó a cabo la Secretaría de Movilidad la semana pasada y que logró llevar el servicio a 13 sectores donde habitan cerca de 300 000 personas, no es suficiente. No sienten mejoría.
Falta de buses en Calderón
La casa de María Benavides está al final de un camino rodeado por matorrales en Mirador de Bellavista, Calderón. Debe caminar 30 minutos para poder tomar el bus en El Cisne. Por ahí pasa la unidad que la lleva hasta la 10 de Agosto.
Su hijo de 17 años se demora menos porque camina más a prisa. Él estudia en el colegio Abdón Calderón ubicado en el centro de Calderón. A pesar de estar en la misma parroquia, él se tarda más de una hora con 10 minutos en llegar al plantel.
Sale de su casa a las 05:50, cuando todavía está oscuro. Camina 20 minutos y llega a la parada donde pasa el primer bus que debe tomar. Paga USD 0,17. Ese bus le deja en Zavala donde toma el segundo, lo que implica un segundo pasaje.
A veces, cuando hay mucho tráfico llega atrasado. Al regresar la rutina es la misma. Cuando no hay buses para llegar a su casa debe tomar un carro que hace las veces de taxi informal y le cobra USD 0,25. Al día gasta USD 0,80. Al mes suman USD 16.
Su madre tiene una verdulería en Zavala y las ganancias le alcanzan para pagar lo USD 130 de renta del local y para la comida. A ese valor le suma los servicios básicos, es decir unos USD 20 más. Por eso pide que extiendan el servicio de transporte hasta su barrio, lo que le ahorraría tiempo y dinero.
Los vecinos de Colinas de Bellavista, Miraquito, Campo Alegre y Mirador de Bellavista también tienen el mismo problema. Son cerca de 500 personas que piden se les acerque el servicio de transporte público.
Llegar a Cristo Rey también es complicado. Antonieta Cajas, quien vive en el barrio hace cinco años, cuenta que debe caminar 25 minutos por un chaquiñan y que los ladrones se esconden entre los arbustos y asaltos sobre todo a los estudiantes.
Esos seis barrios están el Calderón, una de las parroquias beneficiadas con la ampliación de las rutas que acaba de realizar la municipalidad.
En Cocotog piden más ampliaciones de rutas
Cocotog también está entre los barrios beneficiados con las extensiones. Aún así, la vecindad no está bien servida.
Raúl Acero, morador, cuenta que con la ampliación se beneficia más la zona norte del barrio. El bus llega solo hasta la escuela Jacinto Collahuaso, pero la gente pide que se alargue la ruta hacia la Playita.
El que el bus no se acerque a todos los barrios hace que la gente tenga que gastar más en camionetas o taxis informales. En esta zona hay barrios donde, pese a la ampliación de la ruta, deben caminar hasta 20 minutos para llegar a la parada más cercana, por ejemplo el barrio Santa Ana.
Son más de 100 personas que aún viven de lo que da la tierra y suelen salir de sus casas con productos para vender, por lo que la caminata se hace más pesada.
La extensión de rutas forma parte de un plan
El Plan de operación en superficie del transporte público inició en diciembre del año pasado y va de la mano con el Plan Integral de Rehabilitación Vial que realiza la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop).
Gisele Paredes, secretaria de Movilidad, explicó que el objetivo es mejorar los accesos de barrios alejados para que los buses puedan servir a esas zonas. Hasta el momento se han realizado 22 modificaciones de rutas que cubren 100 kilómetros de vías
El plan busca además la integración progresiva de todos los subsistemas de transporte público, que incluye al Metro de Quito. Así, se pretende que más personas en superficie se conecten con las estaciones multimodales y lleguen más fácilmente al Metro.
Los sectores beneficiados son Turubamba, Llano Chico, Cocotog, Píntag, Calderón, La Ecuatoriana, Guamaní, Conocoto, Manuela Sáenz, El Quinche, La Argelia, El Condado y Alangasí.
Paredes aclaró que la extensión de las rutas no es un concurso sino resoluciones administrativas con informes técnicos para extender los servicios a barrios que antes no contaban con buses.
Se estima que el transporte en Quito tiene una cobertura del 80%. Y que los beneficiarios son en su mayoría barrios que no podían acceder al servicio por tema de vías, por eso se ha trabajado de la mano con la Epmmop.
La entidad intervino en algunas calles con adoquinado y repavimentación para que los buses pudieran extender las rutas.
Para saber qué sectores se beneficiarían se hizo un estudio de demanda, del estado de las vías y se analizaron los pedidos de la ciudadanía.
Además, se llevó a cabo un trabajo en conjunto con las operadoras de transporte público, quienes debían cumplir ciertos requisitos para poder ampliar la ruta como flota suficiente, y capacidad para cubrir la extensión sin desmejorar el servicio.
Está pensado hacer 30 modificaciones de rutas, de las cuales se han realizado hasta el momento 22. Los ocho restantes quedarán en manos de la siguiente administración. Está establecido que en 18 meses se presente la restructuración.
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