Las várices se producen por la dilatación de una vena cuando ocurre un daño en la capa elástica, que cubre el área interna de la misma. Entonces, hay trastornos en la circulación. Esto es un proceso. Al principio solo se visualizan unas líneas rojas parecidas a arañas, en la parte superficial de la piel.
Este tipo de problemas es lo que más molesta a las mujeres por la cuestión estética. Sin embargo, esta es una fase temprana. Esta capa se va dilatando conforme aumenta el problema vascular y comienzan a visualizarse nódulos que son notorios en las extremidades inferiores.
La aparición de las várices puede tener un componente genético, pero el sobrepeso es un factor determinante para su aparición. Asimismo, es habitual en pacientes sedentarios o que realizan actividades deportivas con ejercicio brusco.
Un problema de varices es repetitivo. Es decir, a pesar de los tratamientos que la persona pueda realizarse, el cuadro vuelve a aparecer.
Esto ocurre porque existe un daño en la capa elástica. La labor de los médicos es evitar una repetición temprana. El uso de medias de várices de manera regular ayuda mucho. Su empleo no debe limitarse solo a las ocasiones en que se presenta el dolor.
Esta recomendación también debe ser acogida por las embarazadas, ya que durante esta etapa, aumenta esta patología en las mujeres.
Las personas que son propensas deben evitar el consumo de hormonas y cierto tipo de medicamentos. Por ejemplo, en el tratamiento oncológico hay algunos que intensifican los trastornos vasculares.
En general, para evitar esta enfermedad se debe mantener una vida sana, buena alimentación y ejercicios moderados. Igualmente, las personas que ya sufren de esta alteración deben bajar de peso, ya que las que están excedidas pueden sufrir de celulitis y esto va de la mano con el trastorno vascular.
Si alguien permanece demasiado tiempo de pie, es necesaria la utilización de zapatos cómodos para evitar este tipo de lesiones.
Antes de iniciar cualquier tratamiento es necesario hacer una diagnóstico del paciente y ver el grado de várices. La escleroterapia puede ser el mejor recurso cuando el problema recién se inicia. Este procedimiento consiste en inyectar una sustancia en la vena para producir una fibrosis , es decir la formación de un tejido.
En cambio, si las venas están grandes, hay otras alternativas como cirugía. El láser es otra opción. Allí la vena se somete a altas temperaturas para crear un tejido y solucionar el problema.
También está la escleroterapia con espuma, que está indicada para personas que sufren de diabetes e hipertensión o para ancianos que no pueden operarse y tienen úlceras. En muchos casos, también el tratamiento depende de lo que elija el paciente.
La persona que sufre de várices debe mantener controles permanentes para que el médico observe si luego del tratamiento existen otras venas que se dilatan y tratar en seguida la lesión. No se vuelven a enfermar las venas tratadas sino otras.
Lenny Abad, oncóloga, máster en cuidados paliativos y tratamiento del dolor, flebología y linfología. 222 8515/ 252 1361/ 09 392 1286.