Carlos Nieto atiende a una de sus pacientes, con síntomas gripales, siguiendo protocolos de bioseguridad. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Cada año, el virus de la influenza -que causó la pandemia del 2009- circula en los diferentes países del mundo. En Ecuador, al igual que en el hemisferio norte, esta enfermedad contagiosa aparece con fuerza entre noviembre y marzo y registra un brote menor en julio. Especialistas recomiendan vacunarse en esta emergencia sanitaria por el coronavirus.
Tanto en la influenza como en el covid-19 aparecen síntomas similares, como fiebre mayor a 38 grados, dolores musculares, de cabeza y de garganta. La diferencia es que, en la primera, el malestar aparece de forma súbita.
Mientras que en la segunda se desarrolla gradualmente.
Lo señala Carlos Nieto, internista del Hospital Metropolitano de Quito. En estos dos últimos meses, él ha atendido dos casos de influenza. Afortunadamente, los pacientes no presentaron molestias mayores. El motivo -cuenta- es que tuvieron la tipo B.
A diferencia de la AH1N1 y de la AH3N2 -más comunes y virulentas- la B es menos agresiva. Aunque reconoce que esta patología también provoca afectaciones graves en las personas, en especial en adultos mayores y niños, que son parte de la población vulnerable.
En Ecuador se ejecutan anualmente campañas de inmunización para controlar el avance de la influenza. Estas iniciativas arrancaron en el 2012 y se centran en grupos de riesgo: adultos mayores, personas con patologías crónicas o catastróficas, con discapacidad, niños menores de 5 años, embarazadas, personal sanitario y privados de la libertad.
“Las dosis se gestionaron a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El año anterior, su costo fue de USD 6, por unidad”, anota Inti Quevedo, ex subsecretaria de Vigilancia de la Salud, quien dejó el cargo en octubre del 2019.
La entrega -apunta- se hacía en octubre, ya que la vacunación se aplicaba en noviembre. El año pasado fue desde el 18 de ese mes y se extendió hasta el 28 de febrero, un día antes del anuncio oficial del primer caso de covid-19 en el país.
La meta fue inmunizar a 4,5 millones de personas. “Se aplicó al 98% de los grupos vulnerables”, dice Quevedo.
En este año aún no se conoce la fecha exacta de llegada de las vacunas para la red pública. Este Diario hizo la consulta al Ministerio de Salud, el 24 de octubre; hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.
Sin embargo, Xavier Solórzano, viceministro de Gobernanza y Vigilancia de la Salud, confirmó que “hay un retraso en la entrega”, por lo que se espera ofrecerla desde enero.
Para Quevedo, salubrista, la tardanza trae problemas, ya que la idea es inmunizar a la población antes de la circulación del virus; así se evita un rebrote. El último se registró entre 2017 y 2018; hubo 1 365 casos, a diferencia de otros años en los que hubo menos de 400 diagnósticos, según el último reporte publicado por la Cartera, en diciembre pasado.
La epidemióloga y catedrática de la U. de Berkeley, Josefina Coloma, coincide en la necesidad de que en esta pandemia la gente acceda a la vacunación de forma oportuna, ya que eso además evitará que colapse el sistema de salud.
Actualmente, las unidades de cuidados intensivos están al límite.
En el mundo -recuerda- las autoridades sanitarias monitorean el avance del virus en Australia, Chile y Sudáfrica, para hacer predicciones. “Esos países terminaron su estación de influenza y fue sumamente baja debido a las medidas de protección: autoaislamiento, uso de mascarillas y lavado de manos; así como clases virtuales, vigentes por el covid”.
Estas medidas, más la vacunación masiva en esos países, hizo que el número de casos en este año sea 10 veces menor que en el 2019.
Añade que “en Australia, el pico de transmisión es de abril a octubre y el año pasado se vio 20 a 23% de positividad; este año estuvieron en 0,2%”.
Si no se promueven acciones de prevención, estas dos enfermedades altamente contagiosas pueden afectar a la población. Es lo que se conoce como una sindemia, explica Juan Carlos Panchi, médico del Hospital Vozandes.
En este año -comenta Panchi- se espera la llegada de las dosis entre la primera y segunda semana de diciembre. En Vacunamed se indicó que también tramitan la liberación del producto de bodegas, con las autoridades sanitarias, para inicios de diciembre.
Para Byron Núñez, infectólogo y catedrático, todos deben buscar la vacuna contra la influenza, así hayan superado el covid-19. “Con ello se previene que el paciente adquiera los dos males; en otros países ya se han visto casos de influenza y este virus, con lo que la incidencia de mortalidad sube”.
En el mundo también existe preocupación por la influenza. En Europa incluso se registró escasez de vacunas por la alta demanda. Tres fabricantes aumentaron 30% su producción, pese a lo cual hay retrasos y escasez temporal.
No olvide que
La vacuna contra la influenza no le protege del covid-19. Evita los riesgos de hospitalización, que exponen al paciente.
La aplicación de esta vacuna anual se aconseja desde los seis meses de edad en adelante, para reducir morbilidad y mortalidad.
Ambas infecciones, covid-19 e influenza, se pueden contraer al mismo tiempo. Los especialistas estudian algunos casos.
Complicaciones y muertes a causa de la influenza son más comunes en mayores de 65 años. Deben ser inmunizados.
Si está contagiado con covid-19 debe posponer la vacunación contra la influenza, incluso para no propagarlo entre el personal de salud.
La dosis hay que tenerla antes de que la influenza circule en su comunidad. El organismo tarda unas dos semanas en generar anticuerpos.