Redacción Deportes
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Son las 10:05 del miércoles 9 de diciembre. En el centro de la cancha del estadio de Nayón están reunidos 24 de los 26 jugadores de la plantilla de fútbol de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), formando un círculo en el técnico Mario Arango.
Atrás del estratega se ubican el preparador físico Darwin Vélez, el asistente Luis Pozo y cuatro colaboradores, quienes completan el cuerpo técnico de este club que logró el ascenso a la Primera categoría B para 2010.
El técnico comienza a hablar con los jugadores que ya han realizado un calentamiento previo.
Trata de motivarlos para enfrentar el último cotejo de la temporada, previsto para mañana contra el Panamá, en Guayaquil.
Si el equipo de la UTE consigue la victoria podría alcanzar el subcampeonato entre seis equipos que participan en el Zonal de la Segunda categoría. Pero depende de que River Plate derrote a la Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC), mañana en Latacunga.
El DT continúa su discurso y le da una buena noticia a sus jugadores. Les dice que el premio económico que les ofrecieron por derrotar la semana pasada a UTC se entregará con la quincena de diciembre. A eso se adiciona un paseo de día y medio en las playas de Salinas (provincia Santa Elena), después de jugar el partido con Panamá, mañana a las 12:00.
La versión de Arango originó que los jugadores se miren entre ellos. Unos sonreían, otros movían sus cabezas, se frotaban las manos…, en señal de satisfacción por la noticia.
El técnico termina su charla y algunos jugadores piden hablar. El capitán Darío Arroyo, el más experimentado del grupo, con José Cañola y Tairon Macías, intercambian palabras con el DT. “Profesor ¿quiénes se quedarán para jugar el próximo año en la Serie B?”, dice Arroyo.
El DT le responde: “No todos permanecerán en el equipo porque se requieren refuerzos y probablemente se contrate a extranjeros para afrontar el 2010”.
Arango, además, revela que debe presentar un informe de rendimiento del plantel a los directivos del club y que lo más probable es que se queden 13 de los 26 jugadores que este año ganaron el ascenso al fútbol profesional.
“En esta profesión un técnico debe tomar decisiones difíciles. Decirle a un jugador muchas gracias no es fácil”, dice el técnico, quien ha estado vinculado a la UTE desde hace 18 años.
El equipo de fútbol de la UTE se formó en 1992. El primer técnico fue Juan Ruales e iniciaron en la Federación Amateur de Pichincha. Recién en 1994 llegaron a la Segunda Categoría.
Uno de sus técnicos fue Sixto Vizuete, en 1996, donde Arango fue su asistente.
En 1998 bajaron a la Amateur y permanecieron en esa categoría hasta 2005, año en que retornaron a la Segunda. Desde entonces Arango está al frente del grupo.
“Con lo conseguido, el cuerpo técnico que dirige Mario Arango se ha ganado el derecho de dirigir en la primera”, dice Patricio Pozo, presidente de UTE.
El presupuesto para el equipo de fútbol en este año fue de USD 250 000. Ese rubro cubrió uniformes, balones, salarios, traslados locales e interprovinciales (vía terrestre9, alimentación…
En la Serie B, el propósito será mantener la categoría. “Para eso ya estamos trabajando en un plan de marketing para atraer a los anunciates de la empresa privada. El presupuesto probablemente llegue a los USD 600 000”, agrega Pozo.