El sector de las Telecomunicaciones, que hoy celebra su día, ha tenido un crecimiento vertiginoso en el país durante los últimos años, donde el balance deja a usuarios cada vez más conectados, con tecnología más eficiente, pero con el reto de mejorar el servicio y conseguir mayor penetración.
El 9 de julio de 1884, se trasmitió por primera vez un mensaje telegráfico entre Quito y Guayaquil. Ese fue el primer hito para el inicio de la era de la comunicación en Ecuador, lo cual dio lugar para dedicar ese día a las telecomunicaciones.
Tres años atrás se realizó la primera concesión a la compañía All América Cable and Radio, en el gobierno de Gabriel García Moreno.
130 años después el país está a las puertas de una nueva negociación, para la concesión de espectro para la ampliación de la red 3G y el despliegue de la 4G-LTE (evolución a largo plazo, por sus siglas en inglés), la tecnología más avanzada de Internet y telefonía que se oferta en el mercado mundial.
Con el primer telégrafo, los interlocutores emitían señales eléctricas para la transmisión de mensajes de texto codificados. Ahora, con el servicio 4G se pueden realizar videollamadas en tiempo real sin interferencias. Si las negociaciones concluyen a finales de este año, como se tiene previsto, los usuarios podrán contratar este servicio a mediados del 2015, según previsiones de las operadoras celulares.
Pero a pesar de los avances el sector de las telecomunicaciones afronta varios retos y desafíos. Por ejemplo, para finales de este año, se prevé que existan en el país entre 18,5 millones y 18,8 millones de dispositivos móviles o teléfonos celulares en funcionamiento, según proyecciones de Fabián Jaramillo, superintendente de Telecomunicaciones.
Mientras que para el sector de la televisión pagada, la meta es alcanzar los 1,3 millones de suscriptores, según cálculos de la Superintendencia de Telecomunicaciones. Uno de los factores para ese incremento es el Mundial Brasil 2014, que ha generado un repunte en la compra de televisores y también en la contratación de servicios de televisión pagada.
Para el 2016 se tiene previsto que los ecuatorianos puedan ver televisión desde sus ‘smartphones’. Esto será posible a través de One-Seg, un servicio de transmisión de audio y video digital para equipos móviles. Este servicio forma parte del estándar japonés brasileño ISDB-T (Integrated Services Digital Broadcasting – Terrestrial), adoptado por Ecuador en el 2010.
Asimismo, el plan de migración hacia una televisión digital será en el 2016, en las ciudades principales, mientras la segunda fase será en urbes medianas. En el 2018 será el apagón digital a escala nacional.
Para Paúl Bernal, director de la Escuela de Eléctrica y Telecomunicaciones de la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe), lo que está pendiente en el país en este ámbito es la implementación de la televisión digital, definir las negociaciones con las compañías privadas para el espectro 4G y multas más rigurosas para las empresas que ofrecen servicios de Internet, telefonía, y televisión pagada.
El principal reto es el mayor acceso a banda ancha móvil, asegura Roberto Aspiazu, presidente de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones (Asetel).
Actualmente, el porcentaje de acceso a esta tecnología alcanza apenas el 18%. Una de las razones, dice el titular de Asetel, es la restricción a las importaciones de teléfonos móviles.
“A más penetración de banda ancha móvil, hay mayor crecimiento en la economía, incluso mayor generación de empleo, según los organismos internacionales”, señala.
Sobre la posibilidad de que el Gobierno levante la medida, todavía no existe “una resolución firme, a pesar de que en el país el 57% de los teléfonos móviles son clonados o no homologados”, concluye.
Los usuarios también tienen su postura. Anavela Herrera, de la organización Usuarios Digitales, asegura que también está creciendo la creación de plataformas digitales, así como la adopción de nuevas tecnologías. Sin embargo, existen otros temas pendientes.
Para Herrera, uno de los temas pendientes para los usuarios en el país es “humanizar las telecomunicaciones”. Esto implica que los ciudadanos tengan mayor acceso a las tecnologías y que, sobre todo, puedan “expresarse libremente” a través de las diferentes plataformas.
Para el próximo año, dice Herrera, se prevé una revisión a la Ley de Telecomunicaciones. En ella se debe buscar mejorar la calidad de los servicios para el usuario.