Entre escombros y bloqueos amaneció este domingo 24 de febrero del 2019 el poblado de Ureña, en Venezuela, tras los incidentes del sábado, que buscaban ingresar la ayuda humanitaria en ese país. Foto: EFE
La localidad venezolana de Ureña, fronteriza con Colombia, amaneció este domingo 24 de febrero del 2019 llena de escombros tras los disturbios que se extendieron por 12 horas y que dejaron más de un centenar de heridos en medio de la exigencia de manifestantes para que ingresara al país la ayuda humanitaria.
La vía que conduce directamente al puente internacional Francisco de Paula Santander, uno de los cuatro que conecta Colombia y Venezuela, tiene este domingo vidrios y palos a lo largo de varios metros en los que se enfrentaron el sábado 23 de febrero las fuerzas del orden y cientos de ciudadanos que exigían que se permitiera el ingreso de las donaciones almacenadas en la ciudad colombiana de Cúcuta.
El paso binacional sigue cerrado en acatamiento de la instrucción dada esta semana por el gobernante Nicolás Maduro, que ordenó el cierre de las fronteras en medio de su negativa a dejar pasar las ayudas por creer que se trata de un show político y que puede dar paso a una invasión extranjera.
Los negocios se demoraron en abrir sus puertas en Ureña, tras los incidentes en la frontera entre Venezuela y Colombia. Foto: EFE
Agentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) protegen con un piquete, armados con equipo antimotín, la entrada al puente Francisco de Paula Santander, aunque este domingo tienen menos presencia militar que ayer.
Portavoces del Centro de Especialidades Médicas de Ureña, cercano al sitio de los enfrentamientos, dijeron este domingo que atendieron más de 100 lesionados que presentaron distintas heridas.
Uniformados de la Guardia Nacional de Venezuela custodiaban el lugar de acceso a Ureña, en donde quedó un camión reducido a cenizas, cuando intentaba ingresar la ayuda humanitaria a ese país. Foto: AFP
Varios de ellos fueron remitidos a otros centros de salud para recibir una atención más avanzada debido a la severidad de sus lesiones, aunque ninguna fue de extrema gravedad.
Por otro lado, algunos comercios ubicados en calles paralelas al puente abrieron este domingo sus puertas pero la mayoría ha decidido mantener las rejas cerradas al menos en las primeras horas de este día.
El comportamiento de los comercios es similar en la ciudad venezolana de San Antonio del Táchira, donde se encuentra el puente binacional Simón Bolívar, el principal entre Colombia y Venezuela, que además de tener presencia militar también que está vigilado por un grupo de civiles armados que no permite a la prensa acercarse.
Restos de las provisiones calcinadas quedaron sobre el puente que une Venezuela y Colombia. Foto: AFP
En San Antonio del Táchira también hay escombros y a diferencia de ayer el paso entre esta ciudad y Ureña ya se encuentra abierto.
La oposición venezolana, que no reconoce el nuevo mandato de 6 años que juró Nicolás Maduro el pasado 10 de enero, asegura que el país atraviesa una “emergencia humanitaria compleja” y ha pedido ayuda a la comunidad internacional para atenderla.
Uniformados del ejército de Nicolás Maduro controlaban el paso fronterizo que une a la localidad venezolana de Ureña, con Colombia. Foto: AFP
Se esperaba que las donaciones entraran el sábado al país en medio de una gran movilización ciudadana y tras la presión del líder opositor y proclamado presidente interino, Juan Guaidó; pero el intento de este ingreso fue frustrado por la fuerza pública y los poblados de las fronteras de Venezuela terminaron en enfrentamientos.