En el Fuerte Militar de Portoviejo se elaboran los kits humanitarios que se entregan a los damnificados del terremoto. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
David Lucas organizó a sus vecinos del barrio 12 de Marzo, del centro de Portoviejo, y los llevó hasta el parque Forestal luego del terremoto que devastó a la capital manabita el sábado pasado. Las personas que se quedaron sin sus casas se asentaron en esa explanada que se ubica en la vía Portoviejo-Crucita.
Allí descansan desde esa catastrófica noche. Al momento 61 familias se concentran en el parque y duermen en colchones que se colocaron debajo de improvisadas carpas plásticas. En el lugar hay una concha acústica, la cual también sirve como techo para los afectados.
Ayer, la Policía Nacional envió una brigada médica para constatar el estado de salud, principalmente de los menores.
Lucas, líder de la pequeña comunidad, es el encargado de repartir los ‘kits’ alimenticios que distribuyen las Fuerzas Armadas.
Él tenía en su mano una lista de las familias a su cargo, entregaba un kit y tachaba el apellido para evitar el reparto de dos bolsas a la misma persona. “Es poco lo que tenemos, así que debemos entregarlo de forma igualitaria”, explicó.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) informó que las Unidades de Policía Comunitaria (UPC) funcionarán como centros de distribución de víveres. En la UPC del sector de El Cerezo, cientos de personas se congregaron para recibir la ayuda.
En el lugar, ubicado al sur de la ciudad, se tenía previsto entregar 600 kits alimenticios. La lentitud de la entrega generó quejas de los ciudadanos.
Mayra Garcés llegó al lugar a las 08:00 y hasta las 12:30 seguía en la fila de espera.
Ella tiene cinco meses de gestación y acusaba cansancio debido a la temperatura de 37 grados que registró la capital manabita durante la tarde.
A pocos metros de la UPC está el principal centro de acopio de la provincia. El Fuerte Militar Manabí congregó a cerca de 3 000 personas entre uniformados, funcionarios públicos y voluntarios que acudieron para armar los ‘kits’.
Los camiones se descargaban en un galpón de aproximadamente 150 metros de largo. Allí estaba la principal del MIES, Betty Tola, quien supervisaba las labores. La Ministra contó que hasta el mediodía de ayer se habían entregado 40 000 kits en diferentes puntos de la provincia.
Cada provisión contaba con arroz, azúcar, fideos, enlatados, jugos, bebidas energéticas, agua… Según explicó Tola, estos kits están diseñados para abastecer por tres días a familias de hasta cuatro miembros.
En Manta la situación fue caótica. Al puerto llegaron personas de localidades aledañas como Montecristi, La Pila y Cascol. César Naranjo, funcionario del Ministerio del Interior, intentaba calmar a los ciudadanos que acudieron a la UPC ‘Las Gaviotas’ desesperados por recibir la ayuda que provenía de Portoviejo.
Solo en ese centro se entregaron 2 500 kits en el transcurso de la mañana. Para las 16:00 se tenía prevista la llegada de ocho camiones más. Mariuxi Zambrano, damnificada mantense reclamaba a los policías una atención prioritaria; ella tenía en sus brazos a su hija de apenas cinco meses de nacida.
Para contrarrestar el calor, miembros del MIES entregaron botellas de agua a los ciudadanos para que se refresquen. Las inmediaciones del UPC estaban lodosas debido al líquido que se derramó sobre las polvorientas calles.
Desde ayer la entrega de ayuda a damnificados quedó bajo la supervisión de Carlos Medina, general de las Fuerzas Armadas, y de Santiago Díaz, representante del Comité de Operaciones Emergentes en el ámbito nacional.