Redacción Ambato
Jonathan Chango usa su dedo índice para difuminar el dibujo de un árbol. Apenas concluye, muestra el trabajo a Jenny Silva. La docente, con paciencia, ayuda al niño para que cumpla bien su tarea.
Él estudia en la escuela Tomás Sevilla de Unamuncho. En esta parroquia rural, ubicada a 15 kilómetros, en el norte de Ambato, funciona el Centro de Participación Integral. Tres aulas son toda la infraestructura.
Programa de nutrición
En Unamuncho también funciona el programa Creciendo con Nuestros Hijos (CNH). Este plan beneficia a 140 infantes de las comunidades aledañas a la parroquia como Puerto Arturo.
El plan consiste en que técnicos del Innfa visitan los hogares para capacitar a los campesinos sobre nutrición infantil.
70 niños de los planteles Tomás Sevilla y Adela Martínez asisten todas las tardes. Su propósito es realizar los deberes y reforzar los contenidos estudiados en clase.
“La ‘profe’ me ayuda en matemática. Salgo de la escuela, me cambio de ropa y vengo a comer acá”, dice Chango. También cuenta que no puede almorzar junto con su padre, José, porque trabaja como albañil. Su madre labra la tierra.
La maestra Silva comenta que en el pueblo la mayoría de los 5 600 habitantes se dedica a la siembra de maíz, papa y lechuga. “Los padres de familia no tienen tiempo para revisar los deberes que realizan sus hijos”.
Por ello, organizaron mingas, el año pasado, para construir las aulas y pidieron apoyo a entidades locales e internacionales. El presidente de la Junta Parroquial, José Moreno, afirma que la unidad de la gente permitió desarrollar esta iniciativa.
Él detalla que durante más de cuatro meses, los campesinos participaron en el traslado de ladrillo, cemento y otros materiales de construcción.
Luego, apoyaron en la instalación de puertas y ventanas. En cambio, en las aulas donde se refuerzan las tareas, ellos donaron bloques y tableros de madera que son utilizados como pupitres.
Asimismo, se organizaron en comisiones ara pedir ayuda. La Junta Parroquial logró que el Instituto Nacional de la Niñez y la Familia (Innfa) y la fundación Christian Children asignen fondos para adecuar el centro. En el sitio también hay una guardería que acoge a 37 niños que tienen de 2 a 5 años.
“Las amas de casa están contentas porque pueden trabajar tranquilas. Acá jugamos con sus pequeños desde las 07:00 hasta las 17:00”, dice la maestra Mayra Alvear. Chango señala que a veces ayuda a cuidar a los pequeños.