Un estudio reciente de los investigadores del Hospital de Niños de Boston, Massachusetts y de la Escuela de Medicina de Harvard, llegaron a la conclusión de que los bebés no incrementan su inteligencia por mirar televisión, luego de haber monitoreado a más de 800 niños desde su nacimiento hasta los 3 años de edad.
“Contrario a las percepciones de los padres de que mirar televisión beneficia al desarrollo cerebral de sus hijos, no encontramos evidencia alguna de beneficios cognitivos por mirar TV durante los dos primeros años de vida”, anotan los autores. Según los investigadores, los DVD educativos y los videos dirigidos a enriquecer el conocimiento en bebés y niños pequeños, tales como ‘BabyGenious’, ‘Brainy Baby’ o ‘Baby Einsten’, que proclaman la motivación al descubrimiento e inspiración, no tienen beneficios”, dijeron.
Esto se hace eco del descubrimiento similar publicado en la edición de agosto del diario Pediatrics. Los investigadores de la Universidad de Washington y el Instituto de Investigaciones del Hospital de Niños de Seattle no encontraron evidencia de beneficios para los bebés a través de los DVD y videos y sugirieron que incluso pudieran ser negativos. Los infantes que miraban estos videos comprendían menos palabras que los que no los habían mirado.
El doctor Michael Rich, pediatra y coautor del último estudio de Boston considera a los videos educativos para bebés y a los DVD. “Una pérdida de tiempo”. Según Rich, en el mejor de los casos quitan al bebé su tiempo mucho más productivo para el desarrollo de actividades cognitivas. “En última instancia todo esto no tiene otro fin que el de conseguir que los padres no se sientan culpables por haber conseguido una niñera electrónica”, asegura.
Los padres de los 872 niños que participaron en el estudio de Boston estimaron el número de horas que sus hijos pasaron frente al televisor, incluyendo los programas de TV y los DVD. Los investigadores no tenían datos sobre qué clase de programas los niños miraron. En promedio, los bebés de 6 meses miraron aproximadamente 0,9 horas de TV diarias. Ese número se incrementó con la edad: 1,2 horas en el caso de los pequeños de 1 año y 1,4 horas en el de los de 2 años.
En el estudio de Harvard, dos pruebas relacionadas con el coeficiente intelectual fueron administradas a los niños: la de Peabody Picture Vocabulary, Prueba III, que indica cuántas palabras comprende y usa el niño y la prueba de Evaluación de amplio espectro de las habilidades visuales motoras que usa rompecabezas y tableros para probar las habilidades cognitivas.
Los bebés que pasaron más tiempo mirando televisión tenían habilidades motoras de lenguaje y visuales menores al llegar a los 3 años. Sin embargo, cuando los resultados se ajustaban a niveles de ingresos del hogar y educativos, no aparecía ninguna asociación.
La conductora de la investigación, Marie Evans Schidt y sus colegas “no encontraron evidencia de daño o beneficio por haber visto la televisión”, según los especialistas.
Basado en las pruebas existentes de la investigación, Schmidt, una instructora de psicología del desarrollo de la Escuela de Medicina de Harvard, dijo: “Hay más evidencia de daño que de beneficio en cuanto a la preocupación por mirar televisión durante la infancia”, aunque anotó que esta clase de estudios están tan solo empezando. “Espero que cuando esta información se ponga a disposición del público en general, no sea percibida como un estudio que determina que no existen efectos negativos para los infantes que miran televisión, pues otros estudios han demostrado que mirar televisión en altos niveles puede poner en riesgo a los niños en algunas áreas como la obesidad, los problemas al dormir y posiblemente problemas de atención”, dijo.
Rich, un pediatra que dirige el Centro de Medios y Salud Infantil del Hospital de Niños de Boston, dice que mirar televisión durante la infancia lleva a hábitos que promueven la obesidad. “Se está enseñando a los niños de 4, 5 ó 6 meses a mirar televisión y ellos están aprendiendo a hacerlo.
Mientras más miran y crecen, estarán comiendo algo en frente del televisor, estarán también expuestos a los comerciales de comidas chatarra, lo que les inspirará a comer más y a sentarse más mientras ven la tele. Es un efecto acumulativo de muchos, muchos factores”, asegura.
Karen Hill Scout, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), dice que la crítica ignora la vida real: “Como científica y madre, no puedo satanizar el tiempo frente a una pantalla a sabiendas de que en la realidad los padres están decididos a hacerlo”. Los padres modernos quieren que sus hijos manejen computadores y no ven a la pantalla mediática como el demonio”, anota Scout, quien es también consultora de l programa ‘Baby Einstein’.