La Terminal Terrestre de Guayaquil al final del feriado este martes 3 de noviembre del 2015. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Cargados de bolsos, maletas, cartones y bultos cientos de ciudadanos comenzaron a retornar a Guayaquil este martes 3 de noviembre del 2015, luego del feriado de cuatro días por la conmemoración de los Difuntos y las fiestas de Cuenca.
En la Terminal Terrestre ‘Jaime Roldós Aguilera’ en el norte del Puerto Principal, el movimiento empezó a ser más intenso pasadas las 13:00.
Allí se mezclaron quienes salieron de la ciudad para visitar a sus difuntos en sus ciudades de origen, así como los que aprovecharon el descanso para dirigirse a disfrutar de las playas y algunos sitios de la serranía, especialmente, la capital azuaya.
En el andén de arribo de la terminal porteña, en la planta baja, los turistas descendieron de los buses para buscar de inmediato movilización hacia sus hogares. Al interior personal de seguridad de las instalaciones se desplegó para ofrecer un arribo seguro a los usuarios mientras en los exteriores personal de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) se extremó para hacer la circulación fluida.
“Fui a visitar a mis difuntitos en Manabí y de paso reunirme con la familia”, expresó Lorena Mendoza, oriunda de Chone pero residente hace 14 años en Guayaquil donde radica con su familia. Ella llegó con un saco de víveres producidos en la finca familiar.
En tanto familias enteras descendían en traje playero de los buses provenientes de balnearios de Manabí, Santa Elena, Esmeraldas y Guayas.
De esta última provincia, del balneario de Playas, la guayaquileña Martha Quinde llegó con su esposo y cuatro hijos, todos menores de edad. “Hubo buen sol y aprovechamos el feriado en casa de una hermana”, dijo sin descuidar un instante a sus pequeños en medio de la multitud.
Pero, el balance que hacen en ese balneario de este último feriado no es de lo mejor. Esperanza López, presidenta de la Cámara de Turismo de Playas, dijo que los resultados no fueron como lo esperaba el sector hotelero.
“Vinieron caravanas de carros pero siguen a Data, Varadero o Posorja. Es un turismo de un día. No hemos tenido la rentabilidad que esperábamos pues calculábamos un 100% de los hospedajes llenos y apenas el domingo alcanzamos a cubrir el 60% de las plazas de alojamiento (2 400 formales) en el balneario”, expresó con preocupación.
Tanto el sábado como el lunes por la noche, la ocupación hotelera fue menor al 50% en algunos alojamientos. En el caso del Hotel Arena Caliente, de su propiedad, el domingo llegó a tener 70 de sus 130 plazas ocupadas (38 habitaciones). El lunes solo tenía 20 camas ocupadas. El año pasado, dijo, en el mismo feriado mantuvieron una ocupación arriba del 80% los cuatro días.
A López y al sector turístico le preocupa el aumento de la informalidad. “Hay casas o departamentos que arriendan cuartos por noches o días y no pagan impuestos, sin que las autoridades realicen controles”.
Otro reflejo de lo negativo que resultó este feriado es que, a diferencia del año 2014 que permitió ya tener reservas para fin de año y Carnaval, en esta ocasión no hubo ninguna reservación.
“Esta vez, más allá de preguntar, no hemos tenido absolutamente ninguna reserva. Parece que tiene mucho que ver la situación económica que vive el país”, se lamentó la empresaria y dirigente turística.