Además de las lluvias, el Volcán Tungurahua continúa con su reactivación. Imagen tomada el 9 de abril del 2015. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
Este domingo 26 de abril del 2015, varios deslizamientos de tierra y descenso de lahares por las quebradas del Volcán Tungurahua, pusieron en alerta a las autoridades de Tungurahua, en la serranía, y Pastaza, en la Amazonía del Ecuador.
A la altura de la hidroeléctrica Agoyán, decenas de automóviles y buses de transporte interprovincial formaron largas filas y esperaron durante más de tres horas la apertura de la vía. Sin embargo, según un informe del ECU 911 Ambato, fue imposible limpiar la carretera, debido a que el agua lodosa seguía descendiendo.
Pero ese no fue el único inconveniente registrado en esa provincia, el descenso de lahares provocó la creciente de los afluentes que alimentan los ríos Ulba y Blanco. El aumento del caudal del río Bascún, fue el que más preocupó a los técnicos de la Secretaría de Gestión de Riesgos, incluso una familia evacuó voluntariamente para evitar el peligro.
La vía que conecta a Baños con Puyo también fue bloqueada por un deslizamiento de tierra de grandes proporciones.
Asimismo, el coloso mantuvo una actividad sísmica considerada alta. Los técnicos del Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT), reportaron el descenso de lahares por nueve quebradas. También hubo 72 eventos sísmicos de largo periodo y una explosión.
Entre tanto en Pastaza, 34 familias que habitan en la parroquia Sapino, en Arajuno, resultaron afectadas por las fuertes lluvias que se iniciaron la noche del viernes 24 de abril. El agua ingresó a sus viviendas y afectó a la pista de aterrizaje, por lo que permanecen incomunicados.