Viajeros hacen fila en el terminal de Carcelén. Fotos: Paola Gavilanes / EL COMERCIO
Ha pasado un mes y medio – 16 de abril- desde que un terremoto sacudió a la zona costera del país y las personas aún tienen sus reparos para visitar las playas de Manabí y de Esmeraldas, pese al pedido de las autoridades de ayudar a los ciudadanos damnificados a través del turismo. Esto se evidencia, por ejemplo, la mañana de este viernes 27 de mayo, primer día del feriado por la Batalla de Pichincha.
Diego Erazo, por ejemplo, contó que tiene recelo de llegar a la Costa ecuatoriana, tras ver el desastre que ocasionó el movimiento telúrico: mató a personas y destruyó gran parte de la infraestructura que se asentaba sobre esos terrenos. Junto con su esposa prefirió visitar Ibarra. Esa ciudad, junto con Otavalo y Tulcán, precisamente, serán las más visitadas durante este feriado.
Así lo dio a conocer un funcionario del Terminal Terrestre Carcelén, ubicado al norte de Quito. En ese lugar se reunieron decenas de personas para dar inicio a sus ‘vacaciones’, después de varias semanas cargadas de incertidumbre y estrés por los constantes movimientos telúricos que sacuden al país.
El primer grupo de pasajeros viajó este viernes desde las 05:50 con destino a Ibarra. Después salieron paulatinamente buses con destino a Tulcán; las boleterías de las cooperativas que tienen como destino esta ciudad eran las de mayor demanda, hasta las 10:30 de ayer.
Las empresas de transportan que ofertan pasajes para Manta, Portoviejo y Pedernales permanecieron vacías durante toda la mañana. Sin embargo, un administrador que pidió mantener su nombre en reserva, dijo que los boletos para esos tres destinos los venden con ocho días de anticipación y que por esa razón la ventanilla lucía desolada. El mismo panorama se evidenció en las boleterías que ofertaban pasajes para visitar Santo Domingo de los Tsáchilas. Adultos, niños y personas de la tercera edad llegaron a dicho terminal terrestre portando maletas grandes, pues mucho de ellos, así como Erazo, tiene previsto volver a Quito la tarde y noche del domingo.