Pablo Campos. EL COMERCIO
Esta vez no hubo sufrimiento, no hubo atajadas milagrosas, superhéroes o penales infartantes. Todo lo contrario. Cuando el árbitro Carlos Chandía señalaba el final del primer tiempo, en la Casa Blanca había un ambiente de triunfalismo, de éxtasis. Los 40 000 hinchas sabían que alcanzar la Recopa era una cuestión de minutos. 45 minutos más para ser exactos.
Ayer Liga demostró que fue superior al Inter, a priori temido por su condición de equipo brasileño y de monarca de la Sudamericana.
Pero los albos fueron superiores en los 180 minutos que duró la final de la Recopa y ayer dieron la vuelta olímpica, goleando a su rival y enamorando mucho más a su creciente hinchada.
Ayer nadie recordó el fracaso de la Libertadores de este año ni la partida de Damián Manso. En Liga todo es felicidad, abrazos y orgullo tras conseguir el segundo título internacional de un equipo ecuatoriano: el segundo de Liga.
Si el título estaba casi listo tras el triunfazo en Porto Alegre, ayer los albos confirmaron su hegemonía sobre los ‘colorados’ desde que saltaron a la cancha. Nuevamente el cabezazo volvió a ser una fortaleza para los universitarios: primero con el cabezazo de Carlos
Espínola (minuto 9) y después con el tanto del goleador Claudio Bieler (minuto 40) que sigue acumulando goles trascendentales en el año y medio que lleva con la camiseta universitaria.
El Inter dirigido por Tite sabía que remontar el marcador en la Casa Blanca era difícil. Y mucho más después de recibir el gol de Espínola antes de los 15 primeros minutos del cotejo. Se veían las caras Andrés D’ Alessandro, Tyson y el promocionado Nilmar, pero en ese cuadro reinaba el desconcierto y la descoordinación.
Liga, en cambio, siguió mostrando el aplomo exhibido en la idea. Equipo que gana no se cambia y Jorge Fossati quiso respetar esa norma. Jugó con Bieler como piloto de ataque y muy cerca de él, Christian Lara. En su segundo partido en su regreso a la tienda azucena, fue incontenible para los defensas brasileños.
En el desarrollo del encuentro, Liga hacía recorrer el balón mostrando una superioridad. Enrique Vera, otro de los repatriados de la ‘U’, volvió a mostrar sus características de cacique en el medio sector y junto a Patricio Urrutia devolvieron a Liga, en estas finales, la dinámica que llevó al equipo albo a brillar el año pasado.
‘Rambert’, que estuvo menos de un año fuera de la Casa Blanca, encontró un premio a su gran labor con el gol que certificó el triunfo de Liga a los 53 minutos.
El resto del partido fue una anécdota para los campeones de la Recopa. Entonces llegó el momento de los homenajes: José Cevallos ingresó por el lesionado Alexander Domínguez y se llevó una ovación de la gente. La emoción era tal que incluso cuando Luis Bolaños entró a la cancha para defender la camiseta de Inter también recibió aplausos. ¡Total, Liga ya tenía la Copa!
El grito ‘campeón, campeón hay uno solo’ se tomó el estadio. En la cancha, Campos, Araujo, Urrutia escuchaban el cántico, esa canción que se les hizo costumbre en los últimos 18 meses.
Desde hoy hay que bordar otra estrella dorada en el pecho de la camiseta del mejor de América.