Redacción Quito
En al menos tres sectores del centro norte de la ciudad se puede disfrutar de una comida rápida y tradicional con apenas USD 1. El olor a mote con chicharrón es, para los comensales, la invitación para servirse este plato.
El local de los motes de Rosa Laica, en la Toledo y Lérida, tiene 50 años. Ahora su nuera, Lidia Chinachi, se encarga de atender el puesto, pero siempre acompañada de su suegra.
Los comensales
Los ejecutivos y los trabajadores públicos son quienes más acuden hasta estos lugares a comer en las mañanas.
Muchos de ellos salen sin permiso de sus sitios de trabajo. Y se ocultan tras los autos o postes para disfrutar de su comida.
Los policías nacionales y de la zona azul también acuden. Los uniformados llegan a pie o en los carros de la Policía.
La venta de mote solo se realiza hasta el medio día. Doña Rosa, como la llaman sus clientes, se levanta desde las 04:00 y junto a su familia prepara el mote, fríe la carne de cerdo, pica las cebolla y pela las papas.
A las 09:30 llega hasta la calle Toledo para ofrecer su producto. Diariamente vende cerca de 50 porciones. La funda de mote con chicharrón, papas, arverja y tostado cuesta USD 1 y 1,50.
Más al norte, en la Roca y Páez, las fritadas Chuquiragua son las preferidas por varios trabajadores de la Procuraduría. Pablo Núñez, propietario del lugar, prepara todos los días este plato.
Aunque su negocio lo tiene desde hace un año, Núñez asegura que la demanda de sus motes es muy alta. Dice que su toque secreto en la preparación de su comida es lo que ha hecho que sus motes sean tan conocidos. Incluso asegura que tiene un cliente que llega desde la Kennedy, en el norte, solo para comer.
Este local atiende desde las 09:30 hasta las 17:00. El valor de un plato de mote con chicharrón, madura, maíz y cebollas cuesta USD 1,25.
En la Jorge Juan y Mariana de Jesús, Pablo Vinueza tiene su hueca preferida. Vinueza, quien trabaja cerca de un centro comercial de la zona, llega dos veces por semana hasta los motes de María Chicaiza. Ella inició su negocio hace 13 años. Recuerda que en ese tiempo, ella tenía un canasto de mote y caminaba por los alrededores de la Mariana de Jesús.
Sus comensales le dieron la idea de ponerse un local. Ahora los ejecutivos de los bancos y empleados de la Empresa de Agua Potable son quienes más la visitan. Chicaiza vende cerca de 150 platos diariamente. Su venta se acaba a las 13:00.