No sorprende que dentro de las 10 mejores obras musicales de todos los tiempos figuren cuatro de Beethoven, tampoco que la mejor catalogada sea la novena sinfonía y que a continuación aparezca la quinta, lo que es sorprendente y grato es que en el tercer puesto esté la sinfonía número nueve de Dvorak (del Nuevo Mundo) y en cuarto lugar la tercera del compositor alemán, más conocida como Heroica.
Ese es el ‘ranking’ de la WCPE 89.7, TheClassicalStation.org, con sede en Carolina del Sur, considerada desde hace 30 años como la estación radial sin fines comerciales de mayor prestigio, solo difunde música académica, con un repertorio francamente sobresaliente por el buen gusto.
Beethoven vuelve a asomar en el séptimo lugar con la sexta sinfonía Pastoral y en el puesto 12 con el concierto número cinco para piano y orquesta, una de las obras más importantes en este género junto con el concierto para piano violín y violonchelo, conocido también como Triple Concierto, en el puesto 80 de la muestra.
En lo más destacado del barroco, Vivaldi y sus cuatro estaciones figura quinta, en tanto que Bach con los conciertos Brandemburgo aparece octavo. De Mozart destaca en el puesto nueve la sinfonía 41 o Júpiter, un justo reconocimiento a uno de los más grandes compositores mundiales, cuya obra más importante, a mi juicio, fue su Réquiem que, según la WCPE, ocupa el puesto 16.
No podía faltar en esta muestra otra maravilla del repertorio universal, el Mesías, de Handel (11); de Mussorgsky, Cuadros de una exposición (10) y el mejor concierto para piano y orquesta de Rachmaninov, el número 2, en el decimotercero. Siguiendo con los rusos, Tchaikowski está 17 con el ballet Cascanueces, mientras que Rimsky-Korsakov, con Scheherazade, se ubica 18.
El ‘ranking’ es apasionante y coincide con las preferencias del público que escucha todos los días la programación, que vota a diario y que también compra, vía Internet, las colecciones de esta radioemisora especializada.
En cuanto a Smetana, aparece en el puesto 19 con el Moldau, que en realidad es uno de los cinco movimientos de su obra sinfónica conocida como Má Vlast (mi patria), que correspondió a un período nacionalista durante el cual los compositores se inspiraban en los ríos, montañas, castillos y puentes de sus ciudades, especialmente de Europa.
El concierto para violín de Mendelssohn está en el puesto 41, en tanto que Chopin aparece recién en el puesto 43 con su concierto para piano número 1, así como Brahms con su primera sinfonía que, según los expertos, es donde más se nota la influencia de Beethoven.
La mejor ubicación para Mahler está en el puesto 57 con la preciosa sinfonía número 1 conocida como Titán; y Sibelius, con Finlandia, es la número 49.