Imagen referencial. La tarde del martes 30 de octubre del 2019, Christian G. fue víctima de robo en el bus que se movilizaba con dirección a su casa en la parroquia de Píntag. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Christian G. (nombre protegido) es un joven de 22 años que estudia en la Universidad Central del Ecuador. La tarde del martes 30 de octubre del 2019, fue víctima de robo en el bus que se movilizaba con dirección a su casa en la parroquia de Píntag. Cuenta que se quedó dormido y al despertar, un desconocido le estaba apuntando con un cuchillo.
A continuación, su testimonio:
“Salí de clases de la Universidad Central y me dirigí al Playón de La Marín para ir a mi casa en Píntag, una parroquia ubicada a una hora de Quito en el suroriente.
Me encontraba muy agotado, porque tuve una semana fuerte de estudios, no había descansado esos días. Me acomodé junto a la ventana y me dormí inmediatamente. Minutos después, luego de pasar el sector de El Trébol, un joven se sentó al lado mío y no le presté importancia. En realidad estaba con mucho sueño.
Mientras íbamos por la autopista General Rumiñahui, me topó fuerte el brazo y primero me preguntó si el bus se dirigía a La Armenia. También me consultó si yo me iba al valle, le respondí que sí. Comencé a quedarme dormido nuevamente y pidió que no le ignore, que sigamos conversando. Comencé a preocuparme y sacó un arma blanca. Traté de hacerle gestos al controlador del bus, pero no se dio cuenta de lo que pasaba.
Yo me ubiqué en los asientos de la mitad del vehículo. Con amenazas, me quitó el celular. Por suerte no llevaba la computadora. Durante el robo, él conversaba conmigo para que los pasajeros piensen que era mi amigo y así estuvimos hasta que se bajó en el puente 8. Me apuntó con un cuchillo muy grande. El asaltante tenía 30 años aproximadamente.
Tenía varios cortes en el brazo. A simple vista, no tenía el aspecto de alguien que se dedicaba a robar. Traté de levantarme del asiento para pedir ayuda y él me dijo ‘quédate quieto, no te hagas daño’.
Yo creo que el ladrón estaba acompañado porque otro chico se bajó casi al mismo tiempo con él. Eso ocurrió entre las 15:30 y 16:00. Luego de que se bajaron, una señora me preguntó si me habían robado. Luego me indicó que a su hijo le robaron más temprano.
Ahora trato de ser más precavido y siempre me ubico en los asientos de adelante para que no me hagan lo mismo”.