Testimonio de una mujer que contrajo coronavirus en Quito: 'Mi esposo, yo y mis tres hijos nos contagiamos de covid'

Varios sectores de Quito lucen llenos de vendedores informales. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Varios sectores de Quito lucen llenos de vendedores informales. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Los cinco miembros de una familia de Quito se contagió de covid-19. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Cuenta su historia desde la ventana del segundo piso de su vivienda ubicada en la parroquia urbana de Chilibulo, en el sur de Quito. Marcia (nombre protegido) lleva 30 días de confinamiento junto a su esposo y tres hijos, de 8, 12 y 14 años, quienes se contagiaron de covid-19. Accede a dialogar con la condición de que el periodista se ubique en la calle a seis metros de distancia de su casa.

La entrevista se dio al mediodía de este martes 30 de junio del 2020. En ningún momento, ella y sus chicos se retiraron las mascarillas mientras dialogaron.

A continuación su testimonio:

“Al principio, nosotros asumimos al covid-19 a la ligera, como si fuera una broma, algo político (para desviar la atención pública), pero no es así. Hay mucha corrupción en el país en la actualidad, es verdad, pero esta enfermedad en realidad sí existe.

Nos cuidábamos muy poco, apenas utilizábamos mascarilla y de las que no cumplen con las especificaciones técnicas como indican las autoridades para prevenir el coronavirus. Jamás nos imaginamos lo que iba a suceder.

Mi esposo y yo, quien trabaja como albañil, salíamos en bus a hacer compras en los mercados de San Roque y en la ciudadela La Gatazo, también al sur. Incluso visitábamos a varios familiares como si no existiera la enfermedad. Por eso, nunca supimos como la contrajimos, tampoco el lugar.

Mi marido comenzó con los síntomas. Luego yo y mi hija mayor, de 14 años. En realidad, las cinco personas que viven en mi casa nos pusimos mal. Primero tuvimos dolor de cabeza, ardor de la nariz; perdimos el sentido del olfato y no percibíamos los sabores de la comida. No podíamos respirar, teníamos neumonía. Nos dolía mucho el cuerpo a mi esposo y a mí. Por suerte a mis chicos no les afectó mucho físicamente.

Estuvimos al borde de la muerte. Apenas nos enteramos de lo que pasaba, lo primero que hicimos fue buscar remedios caseros por Internet y preparamos infusiones con hojas de eucalipto, lo cual nos ayudó mucho a sobrellevar el problema. Los médicos del centro de salud nos proporcionaron paracetamol y nos prohibieron salir. Consumir Vicks Vaporub nos sirvió ya que nos sentíamos muy débiles. Sinceramente, ahora nos encontramos bien frente a lo que estábamos cuando recién nos enfermamos.

Nuestros familiares nos dejaban comida en la puerta de nuestra casa. En estos días, nos hemos alimentado de frutas y verduras. Me imagino que los vecinos nos han discriminado, pero no se dan cuenta del peligro de este mal. Por seguridad de ellos, nosotros jamás salimos a la calle, por no contagiar.

Lo único que le pido a la gente es que se lave las manos, la cara, que tenga precaución. El 6 de julio nos realizarán otra prueba para verificar que nos hemos recuperado de covid-19”.

Varios sectores de Quito lucen llenos de vendedores informales. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Marcia y su familia viven en Chilibulo. Según indicó el presidente Lenín Moreno en su última cadena del pasado lunes, esa es una de las zonas más afectadas por los contagios de covid-19 junto al Centro Histórico, El Panecillo y La Ecuatoriana. Ante esa situación, él anunció que allí se reforzarán los controles de circulación y de las ventas informales.

También la capacidad de atención en salud. “Pero esto de nada sirve, si no nos damos cuenta que el virus está en todo sitio, a cualquier hora y en cualquier círculo social... Dolorosamente, las únicas personas que sí han entendido la magnitud del problema, son aquellas que han perdido un ser querido“, manifestó el Primer Mandatario.

Al recorrer esos sitios, la falta de prevención es evidente de parte de los comerciantes autónomos y algunos moradores. En la avenida La Ecuatoriana, por ejemplo, este Diario contó más de 10 vendedores que se ubicaron en las aceras con toda clase de productos. A las 10:30 de hoy, las bolsas con frutas y verduras resaltaban en medio de la gente que caminaba allí.

En el sitio se levantan viviendas de clase media y baja, en algunas propiedades hay negocios de todo tipo como restaurantes, tiendas, bazares o ferreterías. No se respetan los distanciamientos y a veces no hay espacio para que los peatones caminen libremente. Para Nancy Rosas, presidenta del Comité Promejoras de La Ecuatoriana, la principal causa de los contagios son las ventas informales.

En muchos sectores de la capital no se respeta el distanciamiento social. Foto: Ediardo Terán / EL COMERCIO

“Es verdad lo que dijo el presidente Moreno, los ambulantes aparecen todo el tiempo. Son los que fueron desalojados de la avenida Martha Bucaram de Roldós y otros sectores como La Inmaculada del Ejército”. Con base en datos que le proporcionaron en el subcentro médico de La Ecuatoriana, la dirigente afirma que, de cada 15 vecinos, 10 contrajeron covid-19.

A su criterio, la culpa también es de la gente que compra en la calle y no toma medidas de prevención. “No es justo que por ahorrarse unos centavos nos expongan a todos”.

Gladys Torres, dirigente de El Panecillo, indica que el consumo de licor a cualquier hora del día es una de las causas para que se reporten casos de coronavirus. Por ejemplo, denunció que un grupo de jóvenes lo hizo anoche en la Miller y 5 de Junio en pleno de toque de queda. “Consumían del mismo vaso, la gente es inconsciente”.

Otros moradores de explicaron que en la calle Aymerich, a la altura del sector de la Playa, se han reportado casos. También en las vías Agoyán y Rafael Pascuales. “En el sector de La Patagonia se infectó toda una familia”, manifestó Torres. Otro de los problemas es que un alto porcentaje de comerciantes informales, que trabajan en varios lugares de la urbe, viven en El Panecillo.

Geovanny Pazmiño, presidente del barrio Jesús del Gran Poder de Chilibulo, señala que los contagios se han incrementado de forma alarmante. Eso se debe a que existen decenas de familias de escasos recursos, las cuales no tienen dinero suficiente para comprar utensilios de limpieza como alcohol, gel, guantes o mascarillas. “No pueden cuidar su salud por falta de recursos”.

A esto se suma el desconocimiento que tienen de la enfermedad y no se protegen. “Hay dos personas fallecidas en mi vecindario y más de 15 contagiadas. Es una muestra que nos pone en alerta a los vecinos”. Como dirigente, su mayor preocupación es que las personas contagiadas no sean víctimas de discriminación. Se ha comunicado telefónicamente con los arrendatarios para que no los obliguen a salir de las viviendas. “Hay mucho temor y ansiedad”.

En las calles, parques y plazas de Chilibulo, la gente no respeta los distanciamientos. Incluso hay vecinos que no utilizan las mascarillas de protección y salen a la tienda. En uno de los accesos al Hospital del Sur se reúnen las personas que buscan hacerse pruebas de diagnóstico de covid-19.

Se reúnen en la acera y no existe una zona de bioseguridad. Se arriman sobre una malla y se sientan allí. En ese sector caminan niños, mujeres de toda edad y adultos mayores. “Aquí nos hacemos los test de coronavirus”, manifestó un hombre que vestía un traje de bioseguridad a las 11:45 de hoy y esperaba para ser atendido.

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