Patricia, enfermera del Hospital Carlos Andrade Marín, cuenta cómo es su día a día frente al covid-19

Este era el uniforme que usaba Patricia, antes de la pandemia.  Para cuidar de pacientes con covid-19, ahora usa más protección. Foto: Cortesía HCAM

Este era el uniforme que usaba Patricia, antes de la pandemia. Para cuidar de pacientes con covid-19, ahora usa más protección. Foto: Cortesía HCAM

Este era el uniforme que usaba Patricia, antes de la pandemia. Para cuidar de pacientes con covid-19, ahora usa más protección. Foto: Cortesía HCAM

La enfermera Patricia Guazhambo, de 27 años, lleva tres años trabajando en el Hospital Carlos Andrade Marín, del Seguro Social, en Quito. Laboraba en el servicio de urgencias pediátricas, hasta que empezaron a llevarse a algunas de sus compañeras a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), para asistir a pacientes con covid-19. Ella sabía que muchas tenían niños pequeños y estaban preocupadas. Entonces decidió presentarse como voluntaria.

"Yo aún no tengo hijos, le comenté mi decisión de pasar a la primera línea de atención a mi esposo, que es médico. Me dijo 'eres una guerrera, estoy orgulloso'", contó la licenciada a EL COMERCIO, la tarde de este martes, 12 de mayo del 2020. Desde hace 55 años, en el mundo, cada 12 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Enfermera, por el nacimiento de la británica Florence Nightingale.

A Patricia le parece que todo el personal de salud enfrenta a un enemigo desconocido. "Nunca habíamos vivido algo como el covid-19. Es muy duro, no podemos ni escucharnos en el turno, a veces nos ponemos tristes porque en terapia intensiva en el Andrade Marín cuidamos de personas no muy mayores. Falleció alguien de 54 años, entonces no entendemos qué es lo que está pasando. Semanas atrás atendimos a alguien de 37 años. La gente sigue saliendo a la calle, algunos no se protegen y el trabajo acá en la UCI aumenta. En mi servicio en urgencias pediátricas éramos 36 enfermeras, 26 ya estamos trabajando con pacientes con este virus".

La enfermera Patricia Guazhambo, de 27 años, lleva tres años trabajando en el Hospital Carlos Andrade Marín, del Seguro Social, en Quito. Foto: cortesía HCAM

En Ecuador, hasta el informe del mediodía del Ministerio de Salud, se registran 30 419 personas con este coronavirus; se han descartado 34 200 casos. Y se han aplicado 85 223 pruebas.

En este hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social hay 1 500 enfermeras, enfermeros y auxiliares. A la Unidad de Cuidados Intensivos, que trata a pacientes con covid-19, llegan en turnos. Patricia Guazhambo se disponía a ingresar al de las 13:00 hasta las 19:00; luego la reemplazarán en el turno de 19:00 a 01:00, de 01:00 a 07:00 y de 07:00 a 13:00.

Esta enfermera cuenta que ella y sus compañeras llegan muy temprano, para ponerse los trajes y equipos de protección. Para evitar lesiones en la nariz usan un gel y esparadrapo, antes de la mascarilla. Se colocan un uniforme descartable azul, pero por dentro tienen una camiseta y un pantalón y un primer par de botas. Además usan un overol, con otro par de botas; dos pares de guantes, monogafas, gorro y un visor.

Patricia, segunda desde la izquierda, con el traje de protección. Foto: Cortesía HCAM.

"No nos reconocemos entre nosotras al final. Por eso colocamos nuestro nombre sobre el traje. Se nos empañan las monogafas; antes de vestirnos debemos ir al sanitario porque en siete horas no podremos hacerlo ni beber líquidos. Al salir hacemos una fila, para ducharnos y cambiarnos de ropa", relata y admite que teme, como todos, contagiarse porque no quiere transmitir el virus a nadie de su familia, pero dice que el riesgo es parte de su profesión.

¿Cuáles son las tareas de una enfermera? Patricia comenta que están al cuidado del paciente, todos los días los bañan, les ponen crema en el cuerpo, para que no se les lacere la piel, les cambian de pañal, les suministran medicamentos y están pendientes de los equipos que los ayudan a mantenerse con vida; cambian las sábanas de las camas. Antes, recuerda, les hablaban, empezaban con un saludo y les contaban sobre el servicio que les estaban dando. Pero ahora, afirma Patricia, aunque lo siguen haciendo, no sabe si pueden escucharlas por el traje y todo lo que llevan encima, para protegerse.

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