Terminales terrestres de Quito vuelven a operar desde el 2 de septiembre del 2020

Las operadoras de transporte deberán trabajar con el 40% de su flota. Foto: archivo / EL COMERCIO

Las operadoras de transporte deberán trabajar con el 40% de su flota. Foto: archivo / EL COMERCIO

Las operadoras de transporte deberán trabajar con el 40% de su flota. Foto: archivo / EL COMERCIO

El Comité de Operaciones de Emergencia Metropolitano autorizó la reapertura de las terminales terrestres de Quitumbe y Carcelén desde el próximo 2 de septiembre del 2020, siempre y cuando las operadoras de transporte trabajen con el 40% de su flota.

La medida la dio a conocer la noche de este viernes 28 de agosto el vicealcalde de la capital, Santiago Guarderas, a través de su cuenta de Twitter. Agregó que las operadoras de transporte interprovincial deberán cumplir con protocolos sanitarios que serán evaluados semanalmente.

La reapertura de los terminales de Quito se da tras el anuncio de la terminación del estado de excepción por parte del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional y la decisión de no renovar esta medida, la cual permite al Gobierno Nacional imponer restricciones a la movilidad, reuniones sociales y libertad de asociación.

Los buses trabajarán con un 50% del aforo y el número de frecuencias se incrementará luego de un análisis quincenal en el que se tomará en cuenta el índice de la situación epidemiológica, las aglomeraciones dentro y fuera de las terminales, el acatamiento sobre el aforo y medidas de bioseguridad como tomar la temperatura y la desinfección de las unidades.

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Metropolitano también resolvió esta noche que se mantendrán las “restricciones sobre bioseguridad” para la población. Eso significa que siguen prohibidas las aglomeraciones y ventas ambulantes, es obligatorio usar mascarilla y los parques o plazas pueden ser utilizados hasta llegar al 30% del aforo.

La próxima semana, la Alcaldía analizará otras restricciones que podrían mantenerse luego de que culmine el estado de excepción, como la prohibición de realizar fiestas y reuniones sociales.

Una vez concluido el estado de excepción, la competencia de la movilidad queda en manos de los gobiernos autónomos descentralizados.

Antes de la pandemia, la terminal de Quitumbe movilizaba anualmente siete millones de pasajeros y la de Carcelén, 3,5 millones más.

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