Terminal Quitumbe / Sur
En el sur hay líos con el servicio de taxis
Redacción Quito
La terminal terrestre de Quitumbe, en el sur, no es funcional en un 100%. Los buses interprovinciales salen con las puertas selladas. Sin embargo, en el antiguo peaje, en Guamaní, estos sellos se rompen y se forma una nueva parada para los viajeros que salen de Quito.
Luego que se rompe la seguridad de la puerta de los buses decenas de vendedores ambulantes de la Asociación 30 de Enero, vestidos con mandiles azules, se suben entre empujones a ofertar aguas, frutas, periódicos…
La limpieza
En Quitumbe hay personal que realiza la limpieza continua en los pasillos y vidrios de la terminal.
Los pasajeros deben cancelar USD 0,20 por un tique. El valor es adicional al costo del pasaje. Solo con el tique se puede ingresar a los andenes de salida.
En Guamaní se abrieron negocios por la miniterminal. Hay tiendas, cabinas telefónicas y restaurantes Hay 10 conos de seguridad y un policía de Tránsito. Sin embargo, los buses se estacionan hasta 10 minutos y esperan que las unidades se llenen de pasajeros. Eso ocasiona una larga fila de buses, congestión y amontonamiento de viajeros.
Rosalía Guerrero, vendedora de bisutería del terminal Quitumbe, cree que por esta parada la venta de su negocio bajó en un 80%. “Hay usuarios que prefieren esperar a los buses interprovinciales en Guamaní. Vendía hasta USD 20 en el antiguo Cumandá. Pero actualmente aquí no vendo ni la mitad”.
Ese es uno de los problemas que causó la terminal Quitumbe desde que empezó a funcionar. También deficiencias en el interior. Por ejemplo, hay usuarios que todavía desconocen el funcionamiento de los servicios en el interior de la terminal. En los pasillos se puede mirar a viajeros preguntando a los guardias o personal de limpieza cómo movilizarse en la capital.
Ayer, Juan Romerillos ingresó por el pasillo de los buses que arriban desde Santo Domingo y no sabía cómo llegar al Hospital Eugenio Espejo. Él estaba desorientado y deambuló 10 minutos por la terminal.
No sabía por dónde ingresar a la parada del Trolebús. Romerillos tenía prisa. Pero había tres filas largas de personas que esperaban a la unidad del trole. “Un taxista me dijo que la carrera costaba USD 10 y 0,50 del peaje. Es mucho dinero y falta más control en los precios. Está lejos esta nueva terminal”.
A las 09:56, en el ingreso principal, Sergio Fuentes también discutía con un taxista. El comerciante protestó porque el taxímetro marcaba USD 3,80. Sin embargo, el taxista le cobró USD 4,30. Ambos discutían porque el conductor del taxi cobró los USD 0,50 que cuesta el ingreso al parqueadero de Quitumbe.
Un guardia que evitó el incidente dijo que los taxistas deben explicar a los pasajeros que el ingreso tiene costo. Al final, Fuentes canceló los USD 0,50. El mismo problema ocurre con los taxistas ejecutivos que ingresan o salen con pasajeros de la estación de buses.
Terminal Carcelén/ Norte
En el norte se analiza la salida de la estación
Redacción Quito
A pesar de que la terminal interprovincial de Carcelén abrió sus puertas al público en julio pasado, la nueva administración municipal ya habla de un posible cambio de sitio para su funcionamiento.
Los problemas
El área donde se realiza la construcción está cubierta con plástico. En el sitio se construyen las boleterías; el edificio terminará de realizarse a fin de año.
Las luminarias del andén de ingreso a la estación de buses interprovinciales no están en buen estado.
Las sillas no son suficientes y los usuarios deben esperar de pie para abordar los buses.Según Raúl Paredes, administrador de la estación, la apertura de esta terminal se dio de manera apresurada. Por esta razón, “la Alcaldía realiza estudios para ampliar o cambiar el lugar de arribo de los buses que llegan del norte del país”.
Paredes adelantó que Calderón se perfila como el sitio donde pudiera reubicarse la terminal. A finales de este año se conocerá la decisión de la Municipalidad sobre el tema.
Mientras tanto, en el lugar se sigue construyendo un edificio para la venta de boletos. Actualmente, las boleterías funcionan en las oficinas de encomiendas. Juan Rivera, trabajador de la Cooperativa de buses Unión Otavalo Lagos, aseguró que el usuario aún no se familiariza con Carcelén. “El pasajero debe tomar dos o tres buses para llegar hasta esta terminal”.
Raimon Grijalva, usuario de la estación, dijo que llegar hasta el Cumandá le tomaba 15 minutos, pero ahora se demora más de 45 minutos en desplazarse hasta la estación de Carcelén.
Según Juan Almeida, comerciante minorista, este es uno de los principales problemas que tiene la actual terminal. Para él, a este sitio no llegan muchos viajeros, por lo cual las ventas en su pequeña tienda dentro de la terminal han bajado hasta un 70%.
En el proyecto de ampliación de esta terminal constan las mejoras en los sitios de venta de confites y recuerdos. Paredes explicó que actualmente se realiza un estudio comercial para conocer las necesidades del usuario y así redistribuir a los comerciantes.
En el lugar hay 24 quioscos, de ellos de ocho a 10 funcionan regularmente. Los puestos son pequeños, tienen luz, pero no tienen agua potable, por lo que para lavar los utensilios llevan agua desde los baños.
16 guardias vigilan la terminal las 24 horas del día durante toda la semana. Mientras que 22 personas son las encargadas de mantener limpias las instalaciones. A Blanca Escobar, otra usuaria, el que ahora le tome más tiempo llegar a la terminal norte no le molesta. Escobar dice se sentirse más segura. “Aquí puedo esperar con calma hasta la hora de abordar el bus”.