¡El tercer libro!

Casi paradójicamente la Feria Internacional del Libro que está concluyendo, va a ser recordada porque dio la oportunidad para que se vendiera la tercera de las grandes biografías sobre el personaje más controvertido de toda la historia ecuatoriana.

El personaje es por muchos apasionantes motivos, el presidente Gabriel García Moreno. Como resulta comprensible, sobre él se ha escrito abundante y heterogéneamente, pero de la enorme bibliografía hasta ahora solo valen la pena: un libro compuesto por el estadounidense Richard Patee hace ya 70 años y llamado Gabriel García Moreno y el Ecuador de su tiempo. Otro redactado por el diplomático y publicista ecuatoriano Luis Robalino Dávila (1949), como parte de la monumental obra análoga a la de Hipólito Taine, en Francia, descrita como Orígenes del Ecuador de hoy. Y el tercer libro es obra de un historiador de la Universidad de Minnesota: se trata de Peter V.N. Henderson y usa como epígrafe, luego del nombre del Mandatario, “la formación de un Estado conservador de los Andes”.

Por coincidencia y para estar al ritmo de la actualidad, vale decir que tales obras incluyen cálculos sobre el número de habitantes y su índole, con magnitudes que muestran cuánto han variado las realidades demográficas, desde aquella fase hasta los resultados del censo de población, que está realizándose desde el domingo anterior.

Aparte del cuidado de las citas y referencias indispensables para dar certidumbre a los testimonios, diría que la evidente superioridad de los tres libros se funda sobre la deliberada voluntad de los autores de mantenerse imparciales; el esfuerzo de llegar a conclusiones de carácter general, y el aporte de los contextos que son necesarios para alcanzar una satisfactoria comprensión del personaje mismo y del Ecuador como nación.

Así parece haberlo advertido el autor de la Introducción de Pattee, el eminente historiador Julio Tobar Donoso. De hecho la principal contribución de Pattee fue la demostración de cómo el García Moreno de la primera presidencia -la época durísima y de la mayor parte de los fusilamientos- era muy distinto del de la segunda presidencia -la de las obras descollantes, de los proyectos viales inclusive el comienzo del Ferrocarril del Sur, el desarrollo agrícola y la educación-, mientras Henderson analiza las ‘redes sociales’ y comenta con preocupación las flaquezas de la política internacional y de lo que con parcialidad y todo, podría llamarse la política “social”.

A su vez Robalino Dávila contribuyó con el punto de vista de un talentoso hombre de mundo, indispensable también dentro del esfuerzo para obtener la visión completa de personaje tan volcánico y complejo como García Moreno lo fue de manera indudable, a semejanza de los estudios y las exploraciones de Geología a las que era tan aficionado, pese a la sorpresa que causaban entre sus compatriotas de entonces.

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