La guerra de Corea, que tuvo lugar entre junio de 1950 y julio de 1953, fue uno de los episodios sangrientos enmarcados en la bipolaridad ideológica soviético-americana de la Guerra Fría, que ocasionó la muerte de 580 000 soldados y más de 400 000 civiles. Como se recordará, en septiembre de 1945, ya en las postrimerías de la guerra con Japón, EE.UU. y la Unión Soviética acordaron que el paralelo 38 sería la línea divisoria de la península entre las dos Coreas. Las fuerzas norteamericanas desarmarían a las niponas ubicadas al sur del paralelo 38 y las soviéticas lo harían con las que se encontrasen al norte de ese límite geográfico.
Los soviéticos instalaron un gobierno comunista satélite en Corea del Norte, con un ejército bien dotado, y no abandonaron el territorio hasta que sus protegidos no se consolidaran en el poder, en tanto que Corea del Sur, con régimen democrático apoyado por EE.UU., quedó militarmente débil.
El 25 de junio de 1950, fuertes contingentes norcoreanos atravesaron el paralelo 38 y agredieron a sus vecinos del sur. En conocimiento de este hecho, el Secretario de Estado promovió de inmediato la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que aprobó por unanimidad declarar agresores a los norcoreanos. Dos días después, el 27 de junio, el Consejo de Seguridad resolvió que todos los Estados miembros de la ONU tenían la obligación de apoyar a Corea del Sur. Por eso lucharon en el frente tropas de Naciones Unidas. El presidente Truman, por su parte, ordenó al general Douglas MacArthur, vencedor del Japón, que respaldase a Corea del Sur con todas las fuerzas navales y aéreas disponibles. Es que por la asimetría del poder bélico, los norcoreanos llegaron incluso a ocupar Seúl, la capital.
MacArthur asumió la jefatura de las tropas de la ONU y logró una serie de éxitos que le permitieron reinstalar en Seúl al Gobierno legítimo surcoreano. Por lo favorable de la situación, recibió autorización para proseguir el avance hacia el norte, pero evitando la confrontación con fuerzas soviéticas o chinas, porque podría surgir un conflicto de proporciones incalculables. Tuvo discrepancias con la actitud de su país y de la ONU, al extremo de que el presidente Truman lo destituyó.
Las acciones bélicas se prolongaron por tres años y las negociaciones de paz fueron muy complejas, hasta la suscripción del tratado de 10 de julio de 1953. Pero la verdad es que no hubo desde entonces una paz permanente y estable.
La reciente información sobre el bombardeo norcoreano a una isla de Corea del Sur y la sospecha de que Corea del Norte estaría en capacidad de producir armas nucleares ha causado preocupación en los altos círculos de la Administración Obama, porque la escalada de la tensión se conecta con su política exterior. El solo anuncio de la realización de maniobras militares conjuntas entre EE.UU. y Corea del Sur ha tenido inmediato eco en Pekín y Pyongyang, por sus nexos políticos.