Con apoyo de Unicef e Ipanc, desde mayo se estrenó el programa ‘A- prender la tele’, en el país. Foto: Cortesía del ministerio de educación
En el barrio Santa Rita de Chillanes, provincia de Bolívar, habitan Joan, Ken y Édgar, de 16, 14 y 8 años. En este mes empezaron el segundo y primero de bachillerato y el cuarto de básica, respectivamente. En su hogar no hay computadora.
El Samsung A 10 (de los más modestos de la marca) de su padre, Édgar Sacan, fue su nexo
con los maestros el año anterior. En el 2020-2021, que empezó el martes, también les ayudará a recibir las fichas de aprendizaje, vía WhatsApp.
De marzo a junio, el hombre, dueño de una carpintería, iba al ‘cyber’ parroquial una vez por semana. Por las impresiones de los hijos pagaba USD 5.
“Las clases presenciales hacen mucha falta, pero tememos que se contagien (de covid-19). Prefiero que vuelvan a la Unidad Educativa Chillanes cuando haya una vacuna”.
Además de las fichas, que desarrollan con ayuda de su madre Jacqueline, los tres chicos se apoyan en ‘A-prender la tele’.
En Ecuador, “sabemos que existen brechas de conectividad y equipamiento”, admitió Andrés Bedón, director Nacional de Tecnologías para la Educación, del Ministerio. Y citó datos del INEC de este año: 45,5% de familias del país tienen acceso a Internet fijo desde sus casas. Esa cifra se reduce a 21,6% en zonas rurales.
Por ello -anota- es necesario fortalecer el modelo educativo a través de los medios de comunicación, con cobertura nacional del 93% (Arcotel 2018).
Édgar, de 39 años, es bachiller. Pide a las autoridades ‘ponerse en sus zapatos’. “Esas fichas no son entendibles. Imagínese interpretar matemáticas o emprendimiento. Sería mejor que den clases por la tele. Me gustan esos programas, enseñan con historias del campo, cantos, lanzando dados…”.
Desde mayo, cuando se estrenó ‘A-prender la tele’, se han transmitido más de 280 episodios. El 13 de julio empezó la segunda fase, con franjas de 30 minutos para inicial, básica elemental, media y superior. Los contenidos de TV y radio son una adaptación de las fichas pedagógicas colgadas en la Web.
En Ecuador, como un proyecto público, la programación televisiva ‘Educa Contigo’ se emite desde octubre del 2012. Ha acumulado más de
2 000 minutos de producción. En la emergencia se trabajó en nuevo contenido y se aprovechó también el existente.
Este Diario conversó con cuatro profesores y directivos fiscales de Chillanes, Tungurahua y Quito. Ninguno de ellos conoce aún cómo empatan los contenidos de los programas de radio y TV con el currículo. No los utilizan. Tratan de conectarse con sus alumnos, por Teams, Zoom y en especial por WhatsApp.
Bedón, director de Tecnología para la Educación, señaló que los programas se basan en las fichas, que surgen de “un contenido priorizado, de la compactación del currículo”, realizado en marzo.
El ciclo pasado, las fichas se elaboraron por subniveles y niveles educativos; una para quinto, otra para sexto y otra para séptimo, etc. La idea era que los chicos desarrollaran un proyecto semanal en casa.
En este período lectivo hay una ficha al mes; así, una va del 7 de septiembre al 2 de octubre, segmentada en materias como lengua, matemática, ciencias naturales, sociales e incluso actividad física.
Para Margarita Velasco, del Observatorio Social del Ecuador, el Ministerio tuvo seis meses, desde marzo, para armar una estrategia educativa que llegue a quien no tiene Internet. Alertamos, meses atrás -subraya- que lo único casi masivo acá es la televisión y la señal no se corta; había que diseñar programas, entrenar a docentes. “Ya enfrentábamos problemas de calidad, seguramente habrá más brechas”.
Y pone como ejemplo a Uruguay, en donde todos los niños tienen tabletas, que sirven en emergencias; también resalta la teleeducación en México.
En un contexto regular, sin pandemia -responde Bedón- muchos países usan la teleeducación como complemento a lo presencial. Pero “solo con la televisión el proceso pedagógico queda incompleto, ya que requiere interacción no solo docente-estudiante sino entre pares, que comparten dudas y criterios, así se construye el conocimiento”.
El funcionario dice que en ‘A-prender la tele’ “hay profesores en pantalla, proponiendo actividades en casa. No podemos distribuir tabletas como en Uruguay; allá hay 500 000 estudiantes, acá 4,4 millones”.
Por eso sostiene que han buscado dar opciones. En este ciclo, el Ministerio conoce de la existencia de 14 000 grupos de WhatsApp y Telegram, a cargo de profesores, chicos y familias. Así comparten guías, despejan dudas y se asignan tareas. En la Amazonía, en especial, distribuirán guías.
Bedón adelantó que el Ministerio trabajará en nivelaciones cuando la pandemia esté controlada, “ya que como en todo el mundo habrá brechas”.