Maquinaria pesada ayuda en el desalojo de los escombros y piedras en el kilómetro 28 de la vía Alóag-Santo Domingo de los Tsáchilas. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Los viajeros y habitantes de sectores aledaños a la vía Alóag- Santo Domingo tuvieron que improvisar largas caminatas para llegar a sus destinos, desde la provincia tsáchila.
Desde el peaje de Santo Domingo, cientos de personas que viajaban en vehículos tuvieron que desembarcar y caminar hasta tres horas sorteando palizadas, fango y derrumbes.
En los kilómetros 72, 79 y 84 se produjeron este domingo (22 de marzo de 2015) tres nuevos deslaves. Según la Prefectura de Santo Domingo, los deslizamientos alcanzaron los 5 000 m³ de tierra en promedio. Estos ocurrieron por la acumulación de agua que se registra desde el pasado jueves, cuando se dio el primer deslizamiento en Alluriquín y en el sector de Lelia.
La lluvia que cayó el pasado sábado causó nuevos problemas. En el recinto La Bolívar, una masa de material pedregoso cubrió los dos carriles de la vía. En el kilómetro 72 colapsaron las alcantarillas, esto causó la rotura de la capa asfáltica en 100 metros de vía. Técnicos de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) recomendaron la suspensión del tránsito vehicular.
En el kilómetro 72 de la vía Alóag, en la parroquia Alluriquín, también siguen los trabajos de limpieza. Foto: EL COMERCIO
En el centro poblado de la parroquia Alluriquín (kilómetro 79) los trabajos continuaron para retirar las grandes rocas que se deslizaron en la zona.
Ahí el pasado jueves se reportó la caída de 10 000 metros cúbicos de material, evento que fue calificado por el COE como un “desastre”.
Este domingo (22 de marzo) en la mañana, expertos en manejo de explosivos de la compañía Hidalgo & Hidalgo accedieron a este lugar para dinamitar una roca con un tamaño similar al de una volqueta.
Los trabajos también continuaron en la Alóag, desde el lado de la provincia de Pichincha.
En estos dos días de cierre, varios conductores que se quedaron atrapados en la vía empezaron a caminar en búsqueda de un vehículo que los llevara hasta Quito o viceversa.
Uno de ellos es Fernando Oña, quien transporta mercadería para un supermercado. Luego de dos días en el lugar, decidió salir a pie hacia Quito. “No puedo regresarme porque mi vehículo está en el kilómetro 30”. Relató que su compañero se quedó para cuidar el auto y la mercadería. Al día siguiente, Fernando volverá para quedarse en el vehículo y su amigo saldrá.
La misma rutina la siguió Marlon Pilco. Él se quedó en el kilómetro 29 con una carga de cemento. Desde el viernes se turna con su ayudante para ir a Quito. “Necesitamos comer mejor y cambiarnos de ropa”.
Fabián Castillo, de la empresa encargada de la vía, explicó que esperan habilitar este lunes (23 de marzo) el tránsito. “Siendo optimistas terminaremos los trabajos. Si eso no ocurre lo haremos el martes”.
Uno de los derrumbes más fuertes ocurrió en el kilómetro 28. En la vía hay cerca de 40 000 metros cúbicos de escombros. Ahí también se han realizado unas cinco detonaciones para mover las piedras y la tierra.
En la provincia de Los Ríos también hay sectores que siguen incomunicados.
Con un helicóptero del Ala 22 de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, las autoridades provinciales llegaron con ayuda para los habitantes de sectores aledaños a Saltadero, en la parroquia Febres Cordero, del cantón Babahoyo.
El pasado viernes el puente de la localidad colapsó por el desbordamiento de los ríos Las Piedras y Tambo, esto dejó incomunicadas a varias comunidades. Alimentos, colchones y botellones de agua son parte de la ayuda que recibieron.
En tanto, en el cantón Montalvo, la vía que conduce hacia la hacienda La Clementina y a recintos como Los Beldacos y Santa Rosa se mantiene bajo el agua, pues los ríos San Pablo y Cristal continúan inundado una extensa llanura.
En las islas Luis Vargas Torres, Roberto Luis Cervantes y Pianguapí, en Esmeraldas, los moradores usan sillas para alejar del agua a muebles y electrodomésticos.
En esta área de casi 600 hectáreas habitan cerca de 2 000 familias. Muchas optan por tener a mano una pequeña canoa para movilizarse.
Mientras tanto, en la provincia de Bolívar el Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de Guano pudo rescatar el cuerpo de Glenda E., la mujer era una de las tres personas desaparecidas en San José del Tambo. Esto ocurrió tras el desbordamiento del río Changuil Dulcepamba.