Tayyip Erdogan amenazó con impedir descender a los aviones de Holanda, en Turquía, tras un retiro de derechos de aterrizaje a uno de sus ministros. Foto: EFE
Turquía y Holanda estaban enzarzadas este sábado 11 de marzo del 2017 en una crisis diplomática tras la prohibición de la visita del ministro de Exteriores turco a Róterdam para participar en un mitin en apoyo del referéndum favorable a Recep Tayyip Erdogan.
Holanda anunció que “retiraría los derechos de aterrizaje” en suelo holandés del aparato en el que volaba el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu. “Las autoridades turcas amenazaron públicamente con sanciones. Esto imposibilita la búsqueda de una solución razonable”, explicó el gobierno holandés en un comunicado.
El anuncio de La Haya de impedir el aterrizaje del vuelo del ministro provocó una airada reacción del presidente Recep Tayyip Erdogan, que consideró la decisión tomada como un “vestigio del nazismo” y amenazó a La Haya con represalias.
El ministro turco de Relaciones Exteriores desafió este sábado a las autoridades holandesas manteniendo una visita prevista en Róterdam, para participar en un mitin electoral de la campaña del referéndum que busca reforzar los poderes del presidente turco, previsto en Turquía el 16 de abril, y amenazando con “pesadas sanciones” si las autoridades holandeses impedían su entrada.
Pero el gobierno holandés comunicó este jueves su oposición a esta visita, y el mitin fue anulado desde el miércoles por el alcalde de Róterdam, alegando la indisponibilidad del gerente de la sala.
“No participaremos en la visita de un responsable del gobierno turco que quiere llevar a cabo una campaña política por el referéndum (previsto en Turquía)”, explicó el jueves el jefe de la diplomacia Bert Koenders.
La Haya y Ankara discutían desde entonces para encontrar “una solución aceptable”. “Había un diálogo en curso para ver si las autoridades turcas podían desplazar la concentración y darle un carácter privado”, precisó este sábado el gobierno holandés en su comunicado, donde dijo lamentar “el desarrollo de los hechos” y mantenerse “partidario de una concertación con Turquía”.
“Son vestigios del nazismo, son fascistas”, reaccionó de forma virulenta el presidente turco en Estambul. “Podéis prohibir a nuestro ministro de Exteriores volar, pero a partir de ahora veamos cómo vuestros vuelos aterrizarán en Turquía”, añadió.
Consciente de los riesgos de un aumento de las tensiones, el jefe de la diplomacia turca declaró este sábado a la cadena CNN-Turk que “si las tensiones aumentan debido a mi visita, dejadlas aumentar”.
Malestar en Europa
La campaña realizada en Europa para la diáspora turca, con motivo del referéndum en Turquía, es la causa de las tensiones entre varios países y Ankara, empezando por Alemania, donde varias ciudades anularon mítines a favor de Erdogan.
El presidente turco acusó el 5 de marzo a Alemania de “prácticas nazis”, declaración que provocaron el enfado de Berlín. Pero la canciller Angela Merkel hizo un llamamiento para “mantener la sangre fría”.
Alemania alberga la mayor comunidad turca en el mundo, fuera de Turquía, con 1,4 millones de personas. En Holanda hay cerca de 400 000 personas de origen turco, según las estadísticas oficiales.
Varios países manifestaron su malestar por esta campaña, entre ellos Alemania, Suiza y Austria, que prohibieron el viernes la celebración de mítines electorales en presencia de miembros del partido AKP de Erdogan, argumentando posibles alteraciones del orden público. Una visita del ministro Cavusoglu estaba prevista en teoría para el domingo en Zurich.
El canciller austriaco Christian Kern pidió hace una semana una “respuesta colectiva de la Unión Europea para impedir estos eventos de campaña” de responsables turcos en países de la UE.
La crisis entre Holanda y Turquía se produce unos días antes de las elecciones legislativas holandesas, en cuya campaña el islam ha sido uno de los grandes temas. Según encuestas recientes, el partido del diputado antislam, Geert Wilders, llegaría en segundo lugar.