En la terminal terrestre de Guayaquil, el área de salida de taxis está saturada. Hay una tarifa fija, pero no se respeta. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
En horas pico, unos 60 taxis esperan por una carrera en la puerta 3 de la terminal terrestre de Guayaquil.
Tienen tarifas fijas, pero los usuarios -en su mayoría- pactan el valor con el conductor. Cinco cooperativas -agrupadas en Ulcotaxi– están autorizadas para operar en la puerta 3 y Asoprotaxis, en la puerta 1. Son más de 500 taxis formales.
La tarifa a las ciudadelas Sauces y Alborada o al Aeropuerto José Joaquín del Olmedo, en el norte, es USD 3. Un taxista cobra 3,50 y 4. Para la isla Trinitaria y Guasmo, en el sur, vale USD 8, pero cobran hasta 10.
Javier Vera, de la Coop. Guayaquil, realiza entre 12 y 15 carreras al día y dice que gana de USD 15 a 30. William Crespo hace hasta 10 carreras y gana en promedio USD 30 diarios, fuera del gasto en gasolina.
Guayaquil no tiene un estudio del costo operativo del taxismo. La Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) hizo un censo, que estableció
9 800 taxis y 900 ejecutivos hasta diciembre del 2018. El gremio dice que 1 500 unidades en total quedaron fuera y tendrían que incluirse.
Según Fernando Amador, director de Transporte de la ATM, se trabaja en un estudio para establecer una tarifa. También hay que esperar a que se oficialice el sistema de compensación estatal por el aumento de gasolina extra, en tres categorías de ciudades. Guayaquil, Quito y Cuenca están en la A y cada taxista recibiría un subsidio de USD 99,90 por 270 galones al mes.
En pocas ciudades se utiliza el taxímetro, como Ibarra, Cuenca, Quito y Ambato. La tarifa por una carrera mínima está fijada desde USD 1,20 hasta 1,50; y los ingresos diarios oscilan entre USD 15 y 40.
“La ‘cultura guayaca’ impone la oferta y la demanda”, señala George Mera, presidente de la Unión de Cooperativas de Taxis del Guayas, para justificar la falta de uso del taxímetro. El gremio agrupa a 137 cooperativas y a 12 000 taxis en la provincia.
Mera calcula que un taxi trabaja entre 8 y 10 horas al día, consume entre 10 y 12 galones de gasolina extra, recorre hasta 300 km en 20 carreras, tiene ingresos entre USD 40 y 45 y le queda una utilidad de hasta 25.
Pero si se calcula una ganancia diaria entre USD 15 y 30, los taxistas en Guayaquil tienen un rango de utilidad que va entre USD 450 y 900 al mes, que equivale hasta 2,2 salarios básicos unificados, en promedio.
El ingeniero civil Carlos Salvatierra realizó para este Diario un análisis de las cifras del gremio en gastos y considera que existe un 50% de sobreestimación de costos variables y kilómetros de rodaje.
Cita una tesis sobre los taxis realizada en Quito (Egas y Oñate, 2014), que señala que la jornada diaria de un taxista es de 12 horas, con 23 carreras; de esas, el 74% se toma en las calles y 26% a través de radio, teléfono e Internet.
En el 2014, un estudio de la Universidad de Cuenca determinó que un taxi realiza 24 carreras al día, trabaja siete días y tiene un margen de utilidad superior a USD 800 al mes. En esa cifra está descontado el costo operativo de gasolina y mantenimiento.
En la capital azuaya están registrados 3 600 taxis y hay una tarifa oficial. Pero el mal uso del taxímetro –por alteración y redondeo de tarifa– es la principal queja ciudadana. Por eso, el año pasado, más de 300 taxistas fueron sancionados, según Adrián Castro, gerente de la Empresa de Movilidad del Municipio de Cuenca.
Castro recomienda al Gobierno revisar el servicio y la conducta tributaria del taxismo para fijar la compensación.
La Federación Nacional estima que más de 60 000 taxis están registrados formalmente en el país. La Agencia Nacional de Tránsito señala que los datos oficiales ahora los manejan los municipios, a raíz de la transferencia de competencias. Las cooperativas recaban la información para el sistema de subsidios, que se estudiará durante tres meses.
En Ibarra, los ingresos netos van de USD 25 a 30 diarios, estima Luis Cifuentes, presidente de la Unión Provincial de Taxistas Ejecutivos. La mayoría de los conductores invierte USD 10 diarios en combustible y destinan 400 al mes para mantenimiento (cambio de aceite, filtros, limpieza).
En Ambato circulan por día 2 360 taxis de 50 cooperativas. Hay 300 unidades más de las que necesitan los 300 000 habitantes de la urbe, señala Geovanny Sánchez, presidente de la Unión de Cooperativas en Taxi de Tungurahua.
Los planes de Reordenamiento Vehicular y de Transporte “establecieron que estamos saturados de taxis, pero hasta el 2020 la población de Ambato se equilibrará con el número de taxis existentes”.
El consultor en movilidad César Arias señala que las ciudades no requieren más unidades ni el Estado debe entregar subsidios. El taxi es ineficiente, contamina más, ocupa mucho espacio y lleva en promedio 1,5 personas, frente a un bus, que traslada 40 personas en promedio en cada viaje.
Cree que se deben aplicar políticas que ejerzan control a la informalidad, el uso del taxímetro con tarifas oficiales mejora en las condiciones de seguridad y calidad del servicio.
El taxismo no tiene un modelo de gestión eficiente, sino que responde a una estructura artesanal y es anacrónico, dice.
Para Salvatierra, el taxismo no debería diferenciarse de otro oficio. Sugiere que la academia y las autoridades hagan un estudio transparente de costos reales, que se revalorice y se modernice el servicio.