En la fábrica textil Karmam, ubicada en Antonio Ante, de Imbabura, el consumo de energía es de USD 900 al mes. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El Gobierno analiza dos mecanismos para reducir el costo de la energía eléctrica que pagan las industrias.
El sector productivo planteó este tema en el Consejo Consultivo Productivo y Tributario, en septiembre del 2017, para mejorar la competitividad de la producción nacional, dijo Richard Martínez, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano.
El directivo consideró que ahora el país produce energía más barata gracias a la incorporación de nuevas centrales hidroeléctricas. “La tarifa del sector productivo debe ser coherente con ese escenario”.
La ministra de Industrias, Eva García, explicó que el Gobierno ya trabaja para responder a este pedido. La primera opción es reducir el costo de ese rubro para las empresas que tengan procesos de producción ecoeficientes.
Otra alternativa es revisar a la baja el costo a las industrias que consuman energía entre las 22:00 y las 06:00; es decir, por fuera del horario de mayor demanda, de 18:00 a 22:00.
“Se está estudiando dar tarifas especiales muy bajas para que las empresas puedan producir en turnos adicionales a un menor costo”, dijo García.
Pero varios representantes del sector privado creen que no ayudará mucho.
Si las empresas optan por producir luego de la hora pico para acceder a la tarifa más baja que plantea el Régimen -es decir, pasadas las 22:00- tendrían que pagar un 100% de recargo por hora de trabajo a sus empleados, comentó Alfredo Hoyos, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Plásticos (Aseplas).
En este sector, añadió, hay empresas que dejaron de producir en turnos las 24 horas por la crisis.“El empresario está dispuesto a pagar un poco más cara la energía y no usa los turnos de la madrugada porque las jornadas nocturnas son mucho más costosas”.
Quienes menos se beneficiarán de una potencial reducción en los términos que analiza el Gobierno son los pequeños empresarios. “No le están haciendo ningún favor porque no tiene dinero para producir en dos turnos”, explicó Ramiro Garzón, presidente de la Federación Ecuatoriana de Industrias de Metal (Fedimetal).
En ese segmento el pago de energía representa entre el 15 y el 30% de los costos de producción. Es uno de los más altos, añadió Garzón.
Actualmente, el costo base promedio para las industrias está en 9,1 centavos el kilovatio hora (kW/h).
Este monto varía dependiendo del horario de consumo y del nivel de tensión (alta o media) que utiliza la empresa. Al costo final se le añaden rubros administrativos.
En los últimos 10 años, además, los industriales han tenido que afrontar dos incrementos en la tarifa base.
El aumento del 2014, dispuesto por el entonces Consejo Nacional de Electricidad (Conelec), representó un incremento de 2 centavos por kW/h para unos 500 000 negocios, según reportaron gremios en esa ocasión.
El otro incremento fue en el 2016 e impactó a 5 630 empresas, según datos difundidos en ese entonces por la Agencia de Regulación y Control de la Electricidad. Ese incremento fue de 1,19 centavos el precio del kilovatio hora para el 12% de los clientes industriales de alta y media tensión; y en 1,6 centavos para el 4% de los clientes comerciales.
Otro sector que demanda mucha energía eléctrica para sus procesos de producción es el textil. El consumo de electricidad en estas empresas representa entre el 7 y el 10% de los costos para producir, y es de los más altos del rubro manufacturero, explicó Javier Díaz, presidente de la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE).
Patricio Ruiz es gerente propietario de Tejidos Rossy, uno de los 893 talleres de productores textiles del cantón Antonio Ante, en Imbabura.
Comenta que la mayoría de fabricantes de prendas de vestir tienen que endosar al consumidor final ese 6 y 7% del costo de producción, por este servicio e impuestos.
El costo de la energía representa unos USD 10 000 al año para Karmam, otra empresa de la zona que confecciona ropa.
Para el Presidente de la AITE, el encarecimiento de la energía se dio en años de desaceleración económica, lo cual afectó el flujo de caja y la rentabilidad de las empresas.
El Gobierno ha defendido que la actual tarifa es la segunda más barata de la región y que la energía hidroeléctrica incorporada ha permitido generar ahorros por subsidios de unos USD 600 millones al año.
En julio, cuando aún estaba en funciones el vicepresidente Jorge Glas, hoy detenido, dijo que no era un buen momento para revisar a la baja las tarifas eléctricas.
En contexto
Desde el 2014, el sector industrial ha vivido dos incrementos de tarifas eléctricas. Con ello, los costos en promedio subieron en tres centavos por kW/h. El Gobierno, por su parte, defiende que el país tiene el segundo rubro más barato de la región.