Tania Tinóco, periodista de la cadena de televisión Ecuavisa. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
La presentadora de televisión Tania Tinoco ve como una “sobrereacción” los segmentos televisivos con los que el Gobierno Nacional y el Presidente de la República respondieron a un tuit suyo, crítico con la aprobación de la ley de Justicia Laboral.
La periodista del Ecuavisa auguró que con la Ley, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ha sido empujado al despeñadero, lo que provocó que el presidente Rafael Correa la conminara a renunciar si eso no pasaba.
“Hay una tremenda desproporción a un tuit que representa mi posición personal. Yo no estaba representando a ningún medio de televisión, estaba representando a Tania, la periodista, simplemente”, le dijo Tinoco a EL COMERCIO en una entrevista en su casa, en Guayaquil.
Para Tinoco esa “sobrereacción es un síntoma de que algo está pasando”. Aunque dijo que eso lo tienen que descubrir los ecuatorianos habló de presidentes que quieren asumir todos los poderes y dijo que en el pasado ya fue objeto de presiones en el gobierno socialcristiano de León Febres Cordero.
Tinoco, que ratificó su compromiso con el buen periodismo, dice que si el IESS no se va al despeñadero, estará feliz de que no sea así. Sin embargo defiende su derecho a dudar y a tener una postura personal.
Además se declaró abrumada por los mensajes de apoyo que recibió a través de Twitter, donde ganó 2 000 seguidores. “Todavía estoy leyendo los mensajes de apoyo, no alcanzo a contestarlos todos, y también leo lo que me pone el troll. Pero el troll dura el tiempo en que te demoras en bloquearlo”.
¿Cómo se enteró del pedido de renuncia que le hiciera el presidente Rafael Correa y cuál fue su primera reacción?
Estaba en Ecuavisa porque los sábados grabamos las presentaciones de Visión 360, justo estaba en un receso cambiándome de ropa y de pronto escuché la cadena y vi el Presidente en ese momento que me decía que si yo no podía probar todo esto, que renunciara, que lo haga por dignidad, por ética. Yo no daba crédito a lo que estaba diciendo porque finalmente el Presidente, aunque merece todo mi respecto, no es mi empleador. Me fui al baño a meditar un rato y tenía que responder, me sentía en la obligación de responder, porque dice el refrán el que calla otorga. Por eso respondí.
Usted dijo que no iba renunciar ¿aunque el pedido le parecía un absurdo?
Es un absurdo que me pida la renuncia. Pero hubiese sido tremendo que yo me quedara callada, eso es aceptar lo que él me dice.
¿Qué nivel de proporción encuentra entre responder un tuit con una cadena televisiva y en un informe presidencial?
Es lo que me estoy preguntando todo el tiempo. Hay una sobrereacción. Por un tuitt responder a través de una cadena en el noticiero estelar y después durante el enlace del Presidente, creo que es un síntoma de que algo más está pasando y ese síntoma tienen que descubrirlo los ecuatorianos.
¿En su carrera ha recibido presiones de este tipo antes?
Sí, en la época de León Febres Cordero.
¿Qué tipo de presiones?
Un familiar de él que ya murió me llamaba a exigirme que haga algo. Él no hacía estos enlaces, pero mandaba comunicados a la prensa, recuerdo que alguna vez en El Universo me sacó un comunicado de casi una página. Nosotros los periodistas ya sabemos cómo actúan los presidentes que quieren asumir todos los poderes.
¿No le parece irónico que viniendo de dos puntos ideológicos tan distintos haya esta similitud?
Mucha gente dice que son muy parecidos, pero que el uno es peor que el otro.
¿Cómo cree que este tipo de respuestas, de salidas, afectan el ejercicio profesional y la libertad de expresión?
Creo que todos los periodistas asistimos a una etapa durísima a partir de aquel 14 de junio en que nos aprobaron esa Ley (de Comunicación) que es una ley mordaza. Y lo he dicho muchas veces y lo repito: esta es una carrera de resistencia, nosotros sabemos lo importante que es nuestro trabajo, porque sabemos lo importante que es que el Ecuador sepa las cosas que se le quieren ocultar. Ese es el trabajo de nosotros, estar comprometidos con la verdad y decir lo que otros quieren que callemos. Todos los periodistas tenemos el desafío inmenso de seguir haciendo periodismo aún con estas reglas.
¿Y qué pasa si el IEES de verdad no se va al “despeñadero”?
Estaré feliz de poder cobrar como todos los ecuatorianos una jubilación. Yo trabajo desde los 17 años y desde esa época aporto al Seguro Social. (…) Tengo derecho a dudar o también está prohibido eso.
¿En qué medida manifestar su posición personal es también un acto de honestidad?
Yo no quiero ni victimizarme con esto, ni decir miren el respaldo que he tenido. No. Yo creo que está sobrereacción evidencia un síntoma que hay en Ecuador y los ecuatorianos son inteligentes para comprender cuál es el síntoma que estamos viviendo.
¿Ha sentido en algún momento que fue parcial en su trabajo?
Siempre ha habido buen y mal periodismo. Yo no soy perfecta yo también me he equivocado. Y cada día intento hacer mi trabajo de la mejor manera. Yo intento ser honesta con lo que hago, yo intento decir la verdad y acercarme a la verdad y si me he equivocado, bueno soy humana también.