Supremo concede libertad condicional a antiguo hombre de confianza de Lula

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva (L), conversa con su jefe de la Casa Civil, José Dirceu, durante una ceremonia en el Palacio del Planalto, en Brasilia, el 16 de junio de 2005.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva (L), conversa con su jefe de la Casa Civil, José Dirceu, durante una ceremonia en el Palacio del Planalto, en Brasilia, el 16 de junio de 2005.

Luiz Inácio Lula da Silva (izq.) conversa con José Dirceu, durante una ceremonia en el Palacio del Planalto, en Brasilia, el 16 de junio de 2005. Foto: Archivo

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil concedió hoy, 2 de mayo de 2017,  la libertad condicional al exministro José Dirceu, hombre de confianza durante varios años del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y que cumple tres condenas por su participación en la red de corrupción en la estatal Petrobras.

La segunda sala del STF, máxima corte del país, aceptó este martes, por tres votos a favor y dos en contra, una petición de "hábeas corpus" en la que los defensores de Dirceu alegaron que el exministro puede esperar en libertad a que sus condenas sean confirmadas en segunda instancia.

Dirceu, que fue el todopoderoso ministro de la Presidencia en los primeros años del primer mandato de Lula, está preso desde agosto de 2015, desde cuando es investigado por corruptelas en Petrobras.

El exministro ya había sido condenado en diciembre de 2012 por la propia Corte Suprema a siete años de prisión en un sonado caso de corrupción que hizo tambalear en 2005 al Gobierno de Lula, acusado de pagarle "mesadas" a parlamentarios para apoyar las iniciativas del Ejecutivo.

En noviembre de 2013 fue encarcelado por primera vez, pero un año después fue beneficiado con la prisión domiciliar.

En mayo de 2015 fue condenado a 23 años de prisión en un proceso vinculado a los desvíos en Petrobras y en marzo de este año recibió otra condena por once años también por corruptelas en la estatal. En ambos casos fue hallado culpable de los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación para delinquir.

Pero tres de los cinco magistrados de la Corte Suprema consideraron hoy que el exministro puede esperar con la libertad restringida, probablemente en prisión domiciliar o vigilado por una tobillera electrónica, a que las condenas sean confirmadas en segunda instancia.

"Lo que estamos viendo en el caso de Petrobras son prisiones a partir de condenas de primera instancia. Eso es vedado por la Constitución debido a que el procesado tiene derecho a esperar en libertad una decisión de segunda instancia", alegó el magistrado Ricardo Lewadonski.

La Corte Suprema determinó que el juez federal Sergio Moro, responsable por el proceso sobre los desvíos en Petrobras y autor de las dos condenas en primera instancia, decida alguna alternativa para mantener a Dirceu con su libertad restringida sin que tenga que permanecer encarcelado.

El exministro fue beneficiado con la libertad condicional precisamente el mismo día en que la Fiscalía presentó una nueva denuncia en su contra por corrupción.

De acuerdo con la nueva denuncia, la tercera contra Dirceu, el exministro de Presidencia recibió 2,4 millones de reales (USD unos 750 000) entre 2011 y 2014 por favorecer a las empresas Engevix y UTC en contratos con la Petrobras.

El fiscal Deltan Dallagnol admitió que la denuncia fue anticipada con el fin de que el Supremo la tuviese en cuenta a la hora de juzgar el pedido de "hábeas corpus" solicitado por Dirceu.

Para Dallagnol, la libertad de Dirceu "supone un riesgo para la sociedad" debido a la "gravedad de los crímenes, la reiteración delictiva" y su "influencia en el ambiente político y partidario".
El magistrado Gilmar Mendes, uno de los tres que se pronunció en favor del exministro, descalificó la estrategia de los fiscales, que consideró como una "broma juvenil".

Dirceu, de 71 años, que por décadas fue el principal asesor del entonces líder opositor Lula, también fue el artífice de la campaña que llevó al exlider sindical a ganar las elecciones presidenciales de 2002, tras las cuales fue nombrado ministro de la Presidencia, un influyente cargo desde el que controlaba todos los resortes del poder.

A mediados de 2005, sin embargo, tuvo que renunciar al cargo cuando surgió el escándalo de sobornos en el Parlamento.
El exministro es un personaje legendario para la izquierda brasileña ya que estuvo vinculado en la década de 1970 a grupos guerrilleros que se alzaron en armas contra la dictadura que entonces gobernaba Brasil.

Suplementos digitales