Empleados de Diario Hoy en los patios de la empresa luego de la reunión con la represnetante de la Superintendencia de Compañías. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Los 154 trabajadores de diario Hoy acudirán a las instalaciones rotativo quiteño hasta el 31 de agosto del 2014, luego de ese día quedarán en el desempleo. Este es uno de los efectos colaterales, tras el cierre de la empresa y la intervención de la Superintendencia de Compañías.
La liquidación de Edimpres, a la que pertenece dicho rotativo, provocará la extinción de la versión digital de diario Hoy así como su edición impresa del fin de semana y, con esto, se da fin a 32 años de ejercicio periodístico.
Las reacciones por esta decisión no se han hecho esperar y se lanzan versiones desde dos posturas. La primera es de aquellos críticos que aseguran que el cierre del medio tiene un carácter netamente político, que se aceleró con la aprobación de la Ley de Comunicación y la prohibición de la pauta publicitaria desde las entidades públicas.
En la otra orilla están aquellos que aseguran que el cierre de diario Hoy responde a cuestiones de naturaleza empresarial, que es una decisión apolítica y técnica desde la Superintendencia de Compañías. Diego Ordóñez, abogado de Hoy, explicó que en este proceso de liquidación se habrían cometido al menos dos errores.
El primero es que, supuestamente, la Superintendencia de Compañías nunca les respondió sobre su solicitud de que sea el propio Jaime Mantilla el liquidador de la empresa.
El segundo es que se nombró un liquidador y ellos no fueron notificados a tiempo. Por consiguiente, no pudo cuestionar ni ejercer su derecho a la defensa. Ordóñez es de aquellos que asegura que la presión del Gobierno contra los medios de comunicación y las multas económicas impuestas en los últimos meses sí contribuyeron al cierre del diario. “Mas allá de la publicidad, qué empresario puede invertir en una actividad perseguida por el Presidente que incluso se la acusa de corrupta”, señaló.
El analista Felipe Burbano de Lara lamenta el cierre de Hoy en la medida en que se pierde un espacio de información, opinión, crítica y reflexión sobre el acontecer nacional. “Los lectores y ciudadanos pierden la posibilidad de tener puntos de vista distintos, es una forma de volverle al país más opaco y menos transparente”. Él recordó que este rotativo tuvo un rol determinante en el retorno a la democracia y que ha sido una voz que ha contribuido con la sociedad.
Para él, si bien el cierre de Hoy responde a dificultades económicas, la situación actual se debe también a la hostilidad y persecución del Gobierno hacia Jaime Mantilla.
“Al Gobierno nunca le gustó diario Hoy, fue un periódico incómodo y molestoso por su actitud crítica”. Desde el Gobierno se mantiene el argumento de que el cierre del medio responde a situaciones de índole económico.
De hecho, el 29 de junio de este año el diario ya anunció que dejaría de emitir su edición impresa y que, en adelante, los contenidos estarían disponibles en su plataforma Web.
Mantilla aseguró entonces que el cierre era por la aplicación de la Ley de Comunicación. En ese tiempo el secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, explicó que la empresa que imprime Hoy registraba un capital USD 4,6 millones y que las pérdidas netas ascendían a USD 4,2 millones dólares.
Es decir, registraba pérdidas por el 91,6% de su capital, lo cual contraviene la Ley de Compañías, que en su artículo 361.Ayer, desde la Superintendencia se lo ratificó.
Según el intendente Víctor Anchundia, la empresa reincidió durante dos años en pérdidas del 50% o más del capital social, de acuerdo con los estados financieros del 2012 y 2013.
Añadió que, a pesar de que Edimpres, presentó pruebas de descargo el 4 de agosto, estas no fueron aceptadas por la Superintendencia. “Ofrecieron aumentar el capital, pero nunca lo hicieron. Solo llegaron al acta de Junta General y no se hizo escritura pública. Además, en los siguientes días presentaron escritura de disolución voluntaria”.
Dijo que el cese de operaciones de diario Hoy no se ha dado con “celeridad”, sino que es parte de un proceso previo al de las 730 compañías con pérdidas que entraron en disolución.
“Fue objeto previamente en junio de inspecciones y verificaciones de la Superintendencia; se enviaron inspectores a revisar estados financieros y balances, no fue al azar”.
Más allá de todos estos argumentos, los empleados del rotativo están preocupados por su futuro. Ayer por la mañana mantuvieron una reunión de una hora, a puerta cerrada, con Edith Luque, quien es la liquidadora asignada por la Superintendencia.
En esa reunión se les explicó que el primer paso sería realizar un inventario de los activos de la compañía, luego de esto se procedería al remate de los bienes y consecuentemente al pago de las indemnizaciones y también de los sueldos de julio, agosto y el décimo cuarto sueldo que se les adeuda.
No obstante, un tema que preocupa a los trabajadores es el tiempo que se demorará la Superintendecia en cumplir estos ofrecimientos. Del mismo modo, aún se desconoce cuál sería el monto total que se deberá pagar a todos los empleados, por concepto de sueldos y liquidaciones.
Mientras tanto, los periodistas del rotativo y los que tenían sus columnas de opinión analizan la posibilidad de encontrar una nueva plataforma para realizar su trabajo.
El periodista Juan Carlos Calderón de PlanV ratificó que ellos ofrecen su plataforma para que los comunicadores puedan continuar con sus labores.
Lo propio sucedió con la ONG Fundamedios que también puso sus oficinas a disposición. “El Hoy siempre fue una piedra en el zapato de los gobiernos y sus artículos siempre causaron el enojo del poder”, dijo Calderón.