Redacción Negocios
Una de las consecuencias previsibles de la crisis eléctrica que se desató desde el pasado 5 de noviembre será el incremento de los subsidios a las tarifas eléctricas.
Además, según los expertos en el sector, también se prevé el aumento de los subsidios a los derivados de petróleo importados, combustibles que permiten el funcionamiento de las termoeléctricas y de las plantas para generar electricidad.
Durante muchos años se ha debatido en el país sobre la conveniencia o no de que el Estado utilice estos subsidios. Por ejemplo, según ha indicado el presidente de la Federación de Cámaras, Blasco Peñaherrera, al suprimir el subsidio de diésel para las térmicas, el país se ahorraría USD 700 millones en el año.
Más de los subsidios
El Ministerio de Energía ofreció ayuda para que las pequeñas y medianas empresas adquieran minigeneradores. La Corporación Financiera Nacional y el Banco Nacional de Fomento entregarán préstamos para su compra con subsidio.
La ministra María Elsa Viteri defendió los subsidios incluidos en la pro forma porque aseguró que “este tipo de beneficios se alinean dentro de la política del Gobierno de dar las mismas oportunidades a la población”.
A septiembre de este año, el Estado importaba nafta a USD 93,5 por barril y la vendía en el mercado local a USD 55,1. El diésel: de USD 82,7 en USD 39,4.
De hecho, en la pro forma presentada por el Gobierno para 2010 se estima que el monto de los subsidios petroleros llegue a USD 3 000 millones. Además, se contemplan USD 256 millones para el subsidio eléctrico.
Pero este rubro podría aumentar, conforme las estimaciones del experto petrolero, Edmundo Brown. “A esta cifra habría que aumentarle por lo menos USD 300 millones más, si se toma en cuenta los aproximadamente 22 millones de galones de combustibles -entre diésel y fuel oil- que se han importado y utilizado para afrontar la emergencia eléctrica. De continuar la emergencia, el monto aumentará aún más”.
Pero el aumento en los subsidios de combustibles no solo aumentaría por efecto de la crisis energética, sino por el exceso de consumo de los derivados por parte de los beneficiarios, como las industrias, quienes se aprovechan del precio de los mismos.
Por el lado de los subsidios eléctricos, el experto Alfredo Mena afirma que “resulta imposible determinar por ahora el monto del incremento. Para cuantificarlo habrá que esperar que termine la emergencia eléctrica”.
Mena explica que existen dos tipos de subsidios a la electricidad. El primero se da a través del valor que paga el Estado a las distribuidoras de energía eléctrica. Es decir, el monto equivalente entre la diferencia del precio real del kilovatio/hora, que es de USD 0,10, y el que se cobra a los beneficiarios del servicio, que puede situarse en alrededor de 0,08 USD.
Pero la diferencia del costo puede ser aún menor si se aplica la llamada “tarifa de la dignidad”, que reduce el valor en un 50% a quienes consumen hasta 110 kilovatios/hora en la Sierra y hasta 130 en la Costa y Amazonia. Es decir, que si el costo es de USD 0,08, en condiciones normales, para quienes perciben el subsidio se puede reducir hasta USD 0,04.
Según el balance del Consejo Nacional de Electrificación (Conelec), entre julio de 2007 y noviembre de 2008, el Estado canceló por la tarifa dignidad un total de USD 60,4 millones, que benefició a 1,5 millones de usuarios.
Por otro lado, Mena explica que la crisis ha impactado en el subsidio que debe cubrir el Estado como consecuencia de que las distribuidoras se ven obligadas a comprar a las generadoras energía más cara. Esta energía proveniente de fuentes termoeléctricas provoca que el valor pase de USD 0,08 el kilovatio/hora a USD 0,12, diferencia subvencionada por el Estado.
Y, encadenadamente, el segundo tipo de subsidio a la electricidad es producido por los combustibles utilizados para la generación de las termoeléctricas. El Estado compra los derivados de crudo, nafta de alto octano y diésel a precios internacionales y en el mercado nacional los vende a valores reducidos (ver cuadro).
Según Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, los subsidios causan no solo distorsiones en la economía del país, por los gastos que debe enfrentar el Estado, sino que también atrae perjuicios para el desarrollo de proyectos de generación.
El analista económico asegura que el dinero que se utiliza para sostener las subvenciones “debería destinarse como capital de inversión, que desarrollaría una mayor capacidad para mantener la infraestructura y la puesta en marcha de nuevos proyectos de generación eléctrica”.
Mena coincide con ello y añade diciendo que “los gastos excesivos impactan en los costos de operación y de mantenimiento”.
Testimonios
Hernán Santana/ Ambato
Pierdo USD 300 a la semana
Tengo un negocio de Internet y cabinas telefónicas, que requieren de energía para funcionar.
Al no tener dinero para comprar un generador, pierdo clientela porque se va a otros sitios y no regresan. Calculo que en cada apagón, especialmente en las tardes de 14:00 a 16:00 o de 16:00 a 18:00, pierdo USD 60 diarios. A esas horas llegan estudiantes de escuelas y colegios para realizar trabajos o consultar.
Si multiplico esta cantidad para los cinco días de la semana, suman pérdidas por USD 300, que pueden ayudar a completar el costo del arriendo del local. Pero este problema se veía venir y el Gobierno descuidó reparar el parque termoeléctrico del país. Esas son las consecuencias que afronta el sector productivo y comercial del Ecuador.
Milton Segura/ Sto.Domingo
No cumplo con las entregas
Los cortes interrumpen mi trabajo de sastrería. Tengo cinco máquinas de coser que no puedo usar sin luz. Tampoco funcionan las planchas. Los cortes de dos horas inciden directamente en mi economía. Durante ese tiempo confecciono un pantalón. Por este trabajo cobro USD 10, pero sin electricidad pierdo ese dinero.
Otro inconveniente es que atraso el tiempo de entrega de las obras y como es natural, mis clientes se molestan y se corre el peligro de que no regresen por no cumplir la fecha fijada.
Como propietario pago el salario de mis colaboradores, pese a que su labor se interrumpe. Además, en mi sastrería instalé una congeladora para vender helados. Pero en días pasados perdí una remesa de helados. Hoy tengo que tomar más precauciones.