El detenido que apareció muerto era el principal indagado por crimen de Emilia

Los padres de Emilia conocieron sobre el hallazgo de su hija, sin vida, el martes 20 de diciembre de 2017. Foto: API

Los padres de Emilia conocieron sobre el hallazgo de su hija, sin vida, el martes 20 de diciembre de 2017. Foto: API

Uno de los detenidos por el caso de la muerte de la niña Emilia Benavides fue hallado muerto en la cárcel de Cuenca, este 21 de diciembre del 2017. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

La mañana de este jueves 21 de diciembre del 2017, la ministra de Justicia, Rosana Alvarado, confirmó que uno de los detenidos por la muerte de Emilia, la niña de 9 años desaparecida en Loja, fue encontrado muerto.

Por el caso de Emilia estaban presos tres sospechosos. “Se presume suicidio, sin embargo, solo el informe médico legal determinará las causas del fallecimiento”, dijo la Ministra.

Posteriormente, se conoció que el cuerpo sin vida que fue encontrado en Centro de Rehabilitación Social de Varones de Cuenca era de José Nero Él había sido trasladado la mañana del miércoles, tras la audiencia de formulación de cargos que se desarrolló en Loja y donde se dictó prisión preventiva.

José Nero era el principal implicado en el asesinato de Emilia, la niña que desapareció del centro de la capital lojana el viernes 15 de diciembre y fue encontrada muerta cuatro días después. Su cuerpo destrozado e incinerado fue arrojado cerca de una quebrada en la vía Loja-Chuquiribamba.

La identidad del sospechoso se conoció la noche del lunes tras la revisión de imágenes captadas por las cámaras de vigilancia de algunos negocios del centro de Loja, donde se lo ve caminando con Emilia.  

La estudiante desapareció desde las 12:42 del viernes 15 de diciembre, en la esquina de las calles Bernardo Valdivieso y Lourdes, en el centro de la capital lojana. Por eso, la Fiscalía de Loja encaminó su investigación hacia esta persona y horas después fue detenido.

De acuerdo con el informe de la Policía y que sirvió como sustento de pruebas en la audiencia de formulación de cargos que se desarrolló la madrugada del miércoles, José Nero declaró ser el autor de la muerte.

Los padres de Emilia conocieron sobre el hallazgo de su hija, sin vida, el martes 19 de diciembre del 2017. Foto: API

El implicado era conocido por la familia de Emilia porque a mediados de este 2017 fue instructor de bailoterapia en el barrio Ciudad Alegría, donde viven.

A las 08:55 de este jueves, ingresó el carro de la Policía de Criminalística al Centro de Rehabilitación Social de Cuenca para retirar el cadáver y trasladarlo al Centro Forense para la respectiva autopsia.

El crimen de Emilia mantiene conmocionada a Loja y ha volcado el apoyo a su familia acompañando en marchas de protesta, vigilias y capillas ardientes.

El fiscal Carlos Baca Mancheno dijo el miércoles que después de que finalice la etapa de investigación, la Fiscalía pedirá la máxima pena para él o los responsables. Y recordó que el Código Penal prevé la acumulación de las penas de hasta 40 años de cárcel cuando una persona es acusada de dos o más delitos.

Una marcha en Loja para exigir justicia

La tarde del miércoles, más de 14 cuadras se llenaron de docentes, padres de familia, estudiantes, grupos católicos de oración, ciudadanía en general quienes al unísono exigieron justicia por este caso, respeto para los niños y mayor seguridad para Loja.
El acto fue organizado por la escuela donde estudiaba la menor. 

Los padres de Emilia y monseñor Alfredo Espinosa encabezaron la marcha que recorrió las calles céntricas de la ciudad. La mayoría vistió con camiseta blanca, otros llevaban globos, una flor o pancartas con frases como “Ni una menos” o “Juntos por la Vida”, “Únete Loja”.

Una multitud de personas participaron la tarde del miércoles, 21 de diciembre, en una marcha para exigir justicia en el caso de la muerte de la niña Emilia. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

En la marcha también participaron familiares de María del Cisne Conde, quien desapareció en el 2014 del centro de Loja, cuando tenía siete años de edad. Sandra Guamán, quien vendía espumilla, le pidió a su hija que le compre unos conos en una tienda cercana y nunca más volvió. Por eso, las personas presentes exigieron que se reactiven las investigaciones también por este caso.

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