Redacción Sociedad
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El Bundestag (Parlamento) alemán manifestó su preocupación por el giro drástico que experimentó la Iniciativa Yasuní-ITT. Pero al mismo tiempo ratificó su interés de mantener el apoyo a la propuesta ecuatoriana.
Los recursos
En el 2007, el presidente Rafael Correa presentó ante el país y la comunidad internacional la propuesta de moratoria petrolera en el bloque ITT.
La propuesta es dejar el crudo bajo tierra a cambio de aportes económicos de la comunidad internacional.
El 100% de los USD 7 200 millones que se espera recaudar serán invertidos en proyectos hidroeléctricos, solares y fotovoltaicos, que tengan los estudios listos. Entre estos estarían el Toachi-Pilatón y Coca-Codo Sinclair.
Los fondos serán administrados por un fideicomiso con el PNUD. La disposición es invertir en proyectos de energía renovable.
Esto rendirá el 7% de intereses.
Los ingresos anuales se destinarían a proyectos de protección en 41 parques nacionales, en reforestación de un millón de hectáreas y en programas de apoyo social a las comunidades con influencia en la zona.Lo hizo a través de una carta, enviada el 22 de enero del 2010. En la misiva se expresó la sorpresa que causó en Alemania la decisión del presidente Rafael Correa. Puso reparos al fideicomiso con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), horas antes de que se lo firmara en la Cumbre Mundial de Cambio Climático, de diciembre en Copenhague.
El 24 de febrero, el Parlamento alemán insistió en apoyar la Iniciativa. En esta ocasión fue tras una reunión entre Horacio Sevilla, embajador de Ecuador en Alemania, y las diputadas Dagmar Wöhrl y Eva Bulling-Schröter, presidentas de las comisiones de Cooperación Económica y Desarrollo, y de Medio Ambiente.
Pero el Gobierno ecuatoriano prefirió mirar hacia otro lado. El vicepresidente Lenín Moreno e Ivonne Baki, presidenta de la Iniciativa, encabezaron una gira por Irán, Emiratos Árabes y Turquía. Volvieron con ofrecimientos, pero ninguno concreto.
El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad comprometió recursos, pero sin presentar una cifra exacta. A su vez, el Gobierno turco reconoció que se conversará sobre el monto de apoyo durante una próxima visita del presidente Rafael Correa.
Además, se reiteraron las adhesiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Sin embargo, nada se consolida a favor de la iniciativa de mantener más de 846 millones de barriles de crudo bajo tierra en el bloque Ishpingo-Tambococha- Tiputini (ITT).
Alberto Acosta, ex ministro de Energía y uno de los mentalizadores de la propuesta, coincide con Roque Sevilla, ex presidente de la Iniciativa. Los dos consideran que no fue fructífera la última gira de promoción. Ellos aseguran que más bien la Comisión debió viajar para consolidar los ofrecimientos ya existentes.
Sevilla aseguró que entre las ofertas más efectivas de aportes anuales están las de Alemania con entre USD 50 millones y 70 millones; España, con 18,6 millones; y Bélgica, con 6,1 millones. “Junto con otros compromisos en este año ya se hubiese concretado USD 350 millones”. El objetivo es obtener USD 7 200 millones en un lapso de 13 años.
Pero frente al panorama actual, Acosta cree que la Iniciativa ITT solo “marcha en su propio terreno, mientras que el Plan B (explotar el crudo) avanza más rápido. Por ejemplo, ya debían expedir el nuevo fideicomiso, pero demora demasiado”.
Este documento servirá para administrar los potenciales recursos. A propósito, el Gobierno anunció que la firma del documento fiduciario se hará en Cochabamba, Bolivia. Se aprovechará la Cumbre Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático, a realizarse entre el 19 y el 22 de abril.
Acosta sentencia: “Que firmen donde quieran, eso no es un pretexto. Pero deben decir cuáles son los cambios. Tienen que revelar qué territorio corresponde al ITT porque si le sacan una letra se acabó la Iniciativa y eso sería engañar a la comunidad internacional”.
Acosta se refiere a la denuncia que hiciera el miércoles Roque Sevilla ante la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea. Respaldándose en el plan que Petroamazonas tiene listo, reveló la intención de dividir al bloque en dos: I y TT. Esto para superar complicaciones en la obtención de la licencia ambiental
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La explicación que Sevilla encuentra para el mayor avance del plan B es que si no se explota el crudo del ITT se dejaría de invertir USD 3 500 millones y “eso afectaría a muchos intereses que están de por medio como la helitransportación, dotación de torres de perforación, bombas, lubricantes, asesoría jurídica y muchos más”.
Pero “lo más grave” es que sin el petróleo pesado del ITT no se justificaría la inversión de USD 12 500 millones en la Refinería del Pacífico.
“En el momento que la Iniciativa ITT tenga éxito se dejará de lado a un negocio que afectaría a muchos intereses”. Pero los expertos consideran que a la larga Ecuador ganaría no solo en liderazgo internacional, sino que comenzaría la transición desde una economía petrolera hacia el uso de las energías alternativas.
El Plan B es más consistente
El documento Prefactibilidad de Desarrollo del Campo Tiputini-Tambococha y Desarrollo del Bloque 31 revela una nueva evidencia de cómo avanza el plan B.
De acuerdo con esta propuesta de Petroamazonas, cuya tercera revisión fue en marzo del 2010, se plantea una fase temprana de explotación (TT) como alternativa intermedia al campo ITT.
Establece que su ejecución demandaría una inversión de USD 3 653 millones. Y con el cálculo de USD 65 por barril de crudo, el ingreso neto sería de USD 6 328 millones en 30 años.
Para los defensores de la Iniciativa Yasuní-ITT, eso significaría un mayor gasto con relación a su propuesta. Ya que -según Roque Sevilla- “en el peor de los casos” en el plan A se necesitaría invertir USD 20 millones en promoción internacional, campañas y viajes de las comisiones.
En la anterior gestión del Comité de la Iniciativa, los gastos bordearon los USD 800 000 en pasajes y en estadías.
Entre tanto, el documento señala que recién al final del tercer año de iniciadas las operaciones empezaría la producción.
No obstante, el Gobierno, a través de los ministerios de Patrimonio y Recursos no Renovables, insiste en que no hay avances en el Plan B. Pero hay grupos que aseguran que actividades como el tendido del oleoducto entre el sector Edén-Yuturi y Pañacocha, en el norte del Yasuní, demuestran lo contrario.