Alejandro Ribadeneiraalejo@elcomercio.com‘Avatar’, del director James Cameron, tenía todo para triunfar en los pasados premios Oscar. Tecnológicamente era insuperable, un hito para el cine. El público la apoyó masivamente y la convirtió en la película más taquillera de la historia. Su mensaje ecológico era oportuno y necesario. Un filme de ese impacto merecía, al menos en teoría, ganar el premio mayor. Pero los pronósticos fallaron. Un piquete de soldados en una guerra impopular bastó para recordar una lección básica: la calidad de la trama también cuenta.Claro, ¿de qué le sirvieron los USD 237 millones de presupuesto a Cameron, si al final terminó copiando a ‘Pocahontas’? En cambio, la ‘directora Kathryn Bigelow administró con sabiduría de Salomón cada centavo de los USD 15 millones que tuvo para filmar ‘Zona de miedo’, una de las cintas más alabadas por la crítica especializada y que hoy se estrena en Ecuador. En realidad, no solo los miembros de la Academia que entrega en Oscar la premiaron. Antes de la ceremonia, Bigelow se pasó recogiendo premios y halagos por todo el mundo gracias a su cruda mirada sobre un batallón antibombas de EE.UU. estacionado en Bagdad.Bigelow no filmó la película bélica convencional, con patrióticos soldados luchando por la libertad. Su mirada es, más bien, introspectiva, humana. Los soldados no son héroes, son personas que temen, sueñan, tienen planes y, como en este caso, hasta se vuelven adictos al peligro. La directora, en afán de dotar de realismo a su cinta, se esforzó al máximo en la ambientación. Además, su guión se basó, no en los imaginativos escritores convencionales, sino en el trabajo de Mark Boal, un periodista que palpó la guerra en Iraq. Los detalles recopilados por esta ‘bestia salvaje’ fueron determinantes.La de Iraq no es precisamente una guerra con combates cuerpo a cuerpo. Es una guerra con el enemigo confundido entre los civiles, quienes tampoco son amigos de los yankees. Por eso, los expertos en explosivos son esenciales, pues cada objeto, desde una lata de cerveza hasta un cadáver, es una bomba.Los actores se someten a la directora y logran dotar de personalidad a los soldados, en especial Jeremy Renner, quien encarna al fanfarrón y temerario sargento William James. Aunque el filme tiene un aire de documental debido al manejo de las cámaras y de la edición, Bigelow no pierde de vista que su obra sigue siendo un producto de Hollywood. Combina acción con escenas más pausadas, pero en ningún caso permite que Rambo tome la bazuca.‘Zona de miedo’ ha recibido críticas. Unas provinieron de los veteranos de Iraq, quienes no creen que un costal de adrenalina como el sargento James fuera admitido en la milicia. Otros, con mucho prejuicio, ni la vieron por su supuesta defensa a la guerra en Iraq. Claro que, si bien el dinero es importante, ganar el Oscar con un filme humano y vencer a la película más cara de la historia no tiene precio.