Graziela y Rosana, turistas brasileñas, visitaron el campanario de la Catedral Primada de Quito. Este es uno de los espacios que se abrieron por primera vez en el año. Foto: Valeria Heredia/ELCOMERCIO
Mientras en las calles del Centro Histórico innumerables grupos de personas disfrutaban del arte, la música o las ferias, en la Catedral Primada de Quito se vivía un ambiente de calma, matizado por la presencia de ‘el Cucurucho’, ‘el Duende’, ‘el Cura’, ‘la Calavera de San Roque’ y ‘la Muerte’.
Aquellos personajes de las leyendas quiteñas recorrieron espacios ‘prohibidos’ de este tradicional templo capitalino. Ellos forman parte de Quito Te Cuenta, una agrupación de jóvenes que realiza recorridos teatralizados en fechas especiales como la de este sábado, 18 de mayo del 2019, en el que se conmemora el Día Internacional de los Museos.
Escondido en un rincón oscuro del coro alto, donde se encuentra el órgano tubular, esperaba el Cucurucho de San Agustín. Casi de inmediato dio la bienvenida a los visitantes, contó su historia de amor y mostró el instrumento musical del siglo XX, formado por más de 1 000 piezas.
Graziela y Rosana, turistas brasileñas, interactúan con el Duende y el Cura, personajes de las leyendas quiteñas. Foto: Valeria Heredia/ELCOMERCIO
El coro alto, que ocupa un área de 97 metros cuadrados, es uno de los espacios de poco acceso al público. Su antigüedad lo hace vulnerable, de allí que contadas personas han entrado allí. El coro únicamente se abre en eventos espaciales y muy pocos músicos pueden tocarlo; el sacerdote John Wilson y Paco Godoy están en este grupo selecto.
El Cucurucho de San Agustín no es el único personaje que estuvo en la Catedral. En las alturas, a más de 39 metros, estaba ‘el Duende’, vestido un traje oscuro y un poncho negro, y con una voz gutural saludó a los visitantes y sin soltar su preciada olla de oro.
‘El Duende’ es el encargado de contar la historia de las quebradas y es el guía de otro de los espacios ‘prohibidos’ de la Catedral Primada de Quito: el campanario. El ingreso requiere un verdadero estado físico y agilidad.
Para subir, por ejemplo, debe pasar por unas gradas de piedra estrechas. En total hay 125 hasta llegar a las seis campanas -una grande, tres medianas y dos pequeñas-. Están sostenidas por cabuya o cuero de vaca.
El Cucurucho de San Agustín cuenta leyendas en el coro alto, en donde se encuentra el órgano tubular de la Catedral Primada de Quito. Foto: Valeria Heredia/ELCOMERCIO
Además, se puede disfrutar de la historia del campanario, sus adecuaciones, incluso hay fotografías de cuando se derrumbó por el terremoto en 1755. Desde la parte superior del campanario se puede observar el Centro de la ciudad: techos de teja, calles y el resto de iglesias de Quito.
Graziela es una turista brasileña, quien llegó a la capital este viernes, 17 de mayo del 2019. Ella hizo el recorrido y se sorprendió por la riqueza arquitectónica de la Catedral. Disfrutó de la vista, tomaba fotografías de los espacios y, de vez en vez, se hacía una ‘selfie’ con su amiga Rossana. Ella también es oriunda de Brasil.
Otro personaje que rondó el templo de la Plaza Grande fue la ‘Chola Mariana’, quien vendía las mistelas (caramelos con licor) al conocido ‘Don Ramón’ de la leyenda del Gallo de la Catedral. Ella explicó sobre la preparación de este dulce tradicional; además, invitó a degustar este caramelo que explota en la boca mostrando su verdadero sabor.
Durante todo este día, los visitantes podrán ingresar a estos dos espacios de la Catedral. El último recorrido está previsto para las 19:00.