Un sistema obtiene energía de las olas
Redacción Tecnología
Antes de graduarse en la carrera de Física, el ecuatoriano Carlos Duque empezó a diseñar lo que sería después una plataforma flotante, algo parecido a una boya, para generar electricidad, a través de las olas del mar.
Creó varios prototipos que le sirvieron para desarrollar su más reciente plataforma, presentada en octubre durante la Feria de Energía 2009, realizada en Quito, a principios de octubre.
Esta plataforma fue diseñada por Duque para aprovechar las olas del mar y la brisa marina.
La tecnología está basada en materiales piezoeléctricos, que generan energía cada vez que las olas del mar interactúan con la plataforma. Las olas ejercen presión sobre estos materiales, porque entran en fricción con estos y generan un voltaje.
Duque explica que la plataforma flotante está encapsulada en un material de caucho para evitar el daño que causa la salinidad y el golpeteo de las olas.
Desarrolló este sistema inspirándose en la serpiente, porque de este modo “el dispositivo puede acoplarse mejor al movimiento de las olas”.
Duque, quien estudió Física en la Escuela Politécnica Nacional, considera que con la suficiente inversión, este sistema, ahora en fase de experimentación, podría generar varios megavatios de energía, precisamente ahora que el país requiere otras fuentes energéticas.
Antes de desarrollar este sistema basado en materiales piezoeléctricos, Duque puso a prueba otro prototipo en Puerto Atún, en la ciudad de Manta y funcionó sin inconvenientes.
Gustavo Núñez, presidente de la empresa atunera Asiservy, comenta que aunque son los primeros ensayos, la plataforma desarrollada por Duque alumbró la avenida de Puerto Atún, cuya extensión es de 500 metros.
La nueva versión de esta plataforma será puesta a prueba en los próximos meses.
Núñez puntualiza que para diseñar un sistema a mayor escala se requerirá mayor inversión. Considera que sería necesario invertir alrededor de USD 1 millón para crear una plataforma, capaz de generar electricidad, en el orden de los megavatios.
El sistema desarrollado por este físico no solo despertó interés en Manta. Carlos Ubidia, técnico en energía solar, recomendará el uso de este sistema en el archipiélago de Galápagos.
Ubidia precisa que la ventaja del sistema diseñado por el físico ecuatoriano es el uso de materiales piezoeléctricos, empleados en varios países desarrollados para generar electricidad.
“En algunas ciudades de Estados Unidos se usan estos materiales piezoeléctricos en las veredas. Cuando las personas caminas ejercen una presión y generan un pico de voltaje en estos materiales. La energía generada sirve para iluminar semáforos”.
Ubidia también sostiene que sería indispensable contar con un mecanismo como el creado por el físico para evitar la contaminación generada por el uso de los combustibles fósiles.
Para diseñar este boya, que funciona como una barcaza, el físico ecuatoriano también pensó en dónde podría ir ubicada.
Para evitar que moleste a los bañistas, deberá estar ubicada a 500 metros desde la orilla, como si se tratara de una pequeña embarcación. Pero ¿cómo transportará la energía capturada de las olas del mar? Duque explica que este sistema está diseñado para interconectarse con la red eléctrica. “Al usar la energía de las olas del mar no contaminamos”.
El objetivo con el plazo más corto, según este especialista, es desarrollar unidades capaces de generar alrededor de 100 kilovatios para uso industrial como camaroneras, fábricas de hielo y atuneras. El obstáculo principal para la explotación de esta fuente es el económico.
El investigador comenta que el Gobierno debiera apoyar iniciativas como esta.
Punto de vista Ronald Couhen / Investigador
‘Otra manera de generar energía’
En la actualidad, los materiales piezoeléctricos tienen diversas aplicaciones y muchas de ellas son aprovechadas para generar energía.
Los materiales piezoeléctricos de alto rendimiento empleados hoy por hoy están formados por cristales dispuestos de manera especial y con una composición mixta. El uso de dispositivos piezoeléctricos está en auge y la razón es sencilla: tienen una alta capacidad de convertir la energía mecánica en energía eléctrica y viceversa. Estos materiales también han abierto nuevas posibilidades para obtener energía, empleando el movimiento y las vibraciones ambientales para generar electricidad.
Algunos científicos israelitas, por ejemplo, han puesto en marcha un sistema que permite generar energía a partir de la presión ejercida por los automóviles y por los aviones en las pistas y por los trenes en las vías.