Una pequeña bola lanzada en las redes sociales crece más rápido de una bola de nieve y, asimismo, puede causar más daño. Los sismos recurrentes que sufre Quito desde hace una semana han levantado más cortinas de humo y polvo que los mismos eventos en las canteras de Catequilla, en la Mitad del Mundo.
Casi todos son de corte apocalíptico y hablan de que se acerca un terremoto espantoso, que los volcanes Guagua Pichincha y Cotopaxi se han activado con los movimientos; que si piden que la ciudadanía prepare kit de primeros auxilios y de supervivencia es porque los mandatarios saben que se acerca algo terrible… En fin.
Lo cierto es que todas lucubraciones no tienen sentido y, peor alguna base científica, explica Jorge Valverde, ingeniero y catedrático de la Politécnica Nacional.
Los sismos no se pueden predecir ni con la tecnología actual más avanzada, explica Valverde. Las ‘predicciones’, entre comillas, se basan en mediciones estadísticas e instrumentales. Según estas mediciones, se puede decir que la actividad sísmica tienen 24 años de recurrencia, desde el sucedido en 1990.
Entonces, las afirmaciones que se acerca un terremoto de extrema magnitud son especulaciones sin ningún asidero científico.
Además, explica Valverde, todo el mundo habla de grados (8, 9 grados Richter) cuando lo importante es que los sismos se miden por su magnitud (fuerza) y su intensidad (daños que causan).
En esta órbita, según Valverde, sabemos que el sismo que sufrió la capital en 1906 fue de gran magnitud e intensidad y causó muchos destrozos, Con este dato más otros parámetros técnicos, los estudios apuntan a que Quito sufrirá en algún momento un sismo de proporciones a las del 1906. Pero nadie sabe cuándo será ni que magnitud alcanzará, aunque las predicciones hablan de uno de grado 8 en la escala de Richter.
En lo referente a la conexión entre los sismos y sus réplicas y las activaciones de los volcanes como el Pichincha y hasta el Cotopaxi (que invaden las redes sociales) también es otro invento sin ningún sostén. Solo es una coincidencia que el Tungurahua esté activo y que esta semana haya tenido dos eventos eruptivos.
Son dos eventos diferentes, dice Valverde. Los sismos de los volcanes tienen un origen vulcanológico; los de la corteza terrestre son de falla; es decir, se originan en el choque entre dos placas tectónicas y a diferentes profundidades.
Hay que considerar que los volcanes están activos desde 1998.
¿La petición del Alcalde de que las familias deben aprovisionarse de kit de primeros auxilios y de supervivencia no es una alerta de qué un siniestro fuerte está a punto de pasar, como afirman muchos tuiteros?
Más inventos, explica Valverde. La prevención es algo que debe hacerse siempre, haya o no temblores, erupciones, tsunamis, inundaciones y problemas parecidos, dice Valverde.
Cada familia siempre debe tener a mano un kit de primeros auxilios y otro de supervivencia por precaución. En un país con tantos volcanes activos y ubicado en la zona de riesgo del Cinturón de Fuego del Pacífico esa práctica tendría que ser rutinaria.
Luego del sismo de 1987 sucedido en la Amazonía, recuerda Valverde, el Municipio dijo que iba a realizar campañas para socializar esta práctica. Pero, como sucede comúnmente en el país, pasaron algunas semanas y todo quedó en el olvido. Tener una mochilita a mano con todo lo necesario para subsistir varios días debería ser obligatorio para todas las familias ecuatorianas.
Para corroborar todo lo afirmado por este ingeniero, el Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional (IGEPN), en sus perfiles de facebook o twitter aclara lo siguiente:
“Ante la serie de rumores que circulan sobre la ocurrencia de un sismo de gran magnitud en la zona de Quito, debemos indicar que hasta el momento la ciencia no puede predecir la ocurrencia de un sismo, ni la magnitud que tendrá. Conocemos las fuentes sísmicas de potenciales eventos, es decir los lugares que pueden ocurrir los sismos, pero no se puede determinar cuándo ni qué magnitud tendrá.
Los sismos que han ocurrido fuera de la zona de Quito durante estos días están relacionados a otras fallas y no a la de Quito, por lo tanto no se los pueden clasificar como réplicas del sismo del 12 de agosto ocurrido en esta ciudad.
También debemos indicar que en el Ecuador se registran diariamente en promedio entre 5 a 6 sismos en diversas localidades, que podrían ser sentidos si existe alguna población cercana, esto corresponde a la sismicidad normal de nuestro país.
Es importante, por su tranquilidad, no tomar en cuenta estos rumores que no tienen ningún sustento y que causan alarma.
El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional está en monitoreo constante para mantenerlos siempre informados”.