En el barrio Nuevo México hay una falla. Se aclara que ahí no ha habido sismos. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Los movimientos sísmicos registrados entre diciembre y enero en Esmeraldas han alarmado a su población, compuesta por 189 504 habitantes.
En las calles de la ciudad los temblores son el tema de conversación. Se habla hasta de los terremotos ocurridos en el siglo pasado, como el de 1958, cuando colapsó la estructura de la Escuela 5 de Agosto, una de las más antiguas.
El miedo de Mercedes Guaipa, quien vive en el barrio Nuevo México, en la parte alta -en el norte-, es que su casa de construcción mixta no pueda soportar un movimiento más fuerte. El temblor de la madrugada del 6 de enero pasado (3.7 grados), que tuvo su epicentro en la parroquia San Mateo, la dejó más intranquila porque el remezón hizo traquetear los puntales de la vivienda.
La parte alta de la ciudad de Esmeraldas es considerada por los geólogos de la Secretaría de Gestión de Riesgo como una zona con fallas, lo cual es un riesgo para las familias que habitan en esas pendientes.
La frecuencia de los sismos intranquiliza a los esmeraldeños. Pero no hay por qué alarmarse, dice el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, ya que este fenómeno se debe a la liberación de energía de la Tierra, cuando chocan las placas de Nazca y la continental.
Betto Estupiñán, de la Secretaría de Gestión de Riesgos, recomienda a la población mantener la calma.
El último sismo en la provincia de Esmeraldas se dio la noche del martes 12 de enero. Fue de 3.4 grados, a menos de
1 kilómetro de profundidad.
Pero los más fuertes hasta el momento se registraron el 23 de diciembre, que tuvo una magnitud de 4.5 grados, y el 1 de enero, que fue de 5.3 grados (ver gráfico). Ambos fueron sentidos con intensidad, sobre todo el de Año Nuevo.
Históricamente, Esmeraldas es la provincia de Ecuador donde se han presentado los sismos más fuertes. Por ejemplo, el de 1906 tuvo una intensidad de 8.8 grados y el de 1942 fue de 7.8.
Esmeraldas es muy vulnerable a este fenómeno. Un estudio realizado por el Departamento Técnico del Municipio de Esmeraldas determina que el 80% de las construcciones de la ciudad no es sismorresistente.
Una de esas casas es de Mercedes Guaipa y 100 más que están en su barrio. Aída Chao, del barrio Colinas Hermosas, dice que su sector está en alerta porque las casas están en las faldas de una loma, cerca a una quebrada. Ahí, las posibilidades de evacuación en caso de una emergencia se reducen porque existe una sola vía de ingreso y no hay un lugar seguro cerca de ahí.
En el barrio viven 150 familias. “Si sigue temblando tendré que ver adónde me voy, porque en mi condición no podré evacuar”, comenta Jimmy Estupiñán, quien tiene una discapacidad de 60%.
“Con tantos temblores ya no sé ni qué pensar”, indica Gregoria Robinson (56 años) del sector de Santa Martha, zona baja de la ciudad. Ella ha sido parte de dos simulacros para afrontar sismos y tsunamis.
En caso de una emergencia causada por un temblor mayor debe acudir a la Iglesia Catedral, en el centro de la ciudad, a ocho cuadras de su casa.
Robinson participó con 10 miembros de su familia en el simulacro binacional de evacuación por sismo y tsunami, realizado entre Ecuador y Colombia en febrero del 2014.
Desde entonces, la población ha ido preparándose, a través de la agenda de reducción de riesgos elaborada por los siete municipios. Es el caso de Muisne, que con ayuda del Cuerpo de Bomberos y la Armada, en coordinación con la Secretaría, realizó simulacros de evacuación con los habitantes de la isla.