Los sindicatos franceses mantienen la huelga y advierten que no habrá 'tregua de Navidad'

El gobierno francés quiere evitar a toda costa un nuevo estallido social tras la crisis de los 'chalecos amarillos'. Foto: EFE

El gobierno francés quiere evitar a toda costa un nuevo estallido social tras la crisis de los 'chalecos amarillos'. Foto: EFE

El gobierno francés quiere evitar a toda costa un nuevo estallido social tras la crisis de los 'chalecos amarillos'. Foto: EFE

Sindicatos franceses amenazaron este jueves 12 de diciembre del 2019 con aumentar la movilización contra la reforma del sistema de pensiones del Gobierno y advirtieron que “no habrá tregua de Navidad”, al cumplirse el octavo día de una huelga que paraliza el transporte público, especialmente en París.

“La huelga continúa y lo sentimos porque no lo habíamos previsto de esta manera. Nos hemos dado cuenta de que el Gobierno no da su brazo a torcer y esto va a durar tiempo. No habrá tregua de Navidad salvo si el gobierno entra en razón”, afirmó este jueves el secretario general del sindicato CGT de los trabajadores ferroviarios, Laurent Brun.

El primer ministro francés, Edouard Philippe, presentó el miércoles en detalle su plan de reforma del sistema de jubilaciones, que pretende unificar los 42 sistemas diferentes que tiene el país en uno solo, con el que, según el jefe de gobierno, “todo el mundo saldrá ganando”.

El Gobierno mantuvo su plan inicial, una de las promesas electorales de Emmanuel Macron, pero flexibilizó algunos puntos, debido a la movilización social.

Sin embargo, estas concesiones no fueron consideradas suficientes por los sindicatos, que pidieron que la huelga se intensifique.

Para ellos, el gobierno cruzó una “línea roja” con sus anuncios de reforma sobre el sistema de jubilación, un tema muy delicado en Francia, sobre todo en algunos gremios como los trabajadores del sistema de transporte y algunas profesiones consideradas de riesgo.

Con el objetivo de desactivar el pulso, Philippe anunció que contactará a los sindicatos para “retomar rápidamente el diálogo”. “Mi puerta está abierta, mi mano está tendida”, dijo.

El gobierno quiere evitar a toda costa un nuevo estallido social tras la crisis de los 'chalecos amarillos', el movimiento de protesta que surgió hace un año y erosionó fuertemente su nivel de popularidad.

Macron, que participa en una cumbre europea, se negó por su parte a comentar la situación. “No haré ningún comentario nacional”, dijo, en respuesta a la pregunta de un periodista. El primer ministro “hizo una propuesta y ahora debe haber una negociación”, agregó.

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