El 6 de agosto pasado los trabajadores se reunieron para afinar los detalles de la protesta. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Han pasado dos meses desde que el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), el Frente Popular y la Conaie convocaron al paro nacional previsto para mañana, aunque los debates empezaron antes; en septiembre pasado.
La marcha indígena salió -como estaba previsto- el 2 de agosto desde Tundayme, en Zamora, y se decretó el levantamiento indígena en varias provincias, como parte del paro. Si bien la estrategia del oficialismo es responder “con más trabajo”, en algunas provincias y por redes sociales, Alianza País ha llamado a defender la revolución ciudadana, con distintos actos, como el artístico que habrá en Guayas.
El componente indígena será vital para que el paro tenga un sentido nacional y no se quede solamente como una acción de las organizaciones obreras y de sectores más urbanos.
Según Édison Déleg, del FUT en Azuay, las organizaciones sindicales con el respaldo de los campesinos e indígenas decidieron hacer mítines, plantones y marchas en Cuenca, Santa Isabel, Girón, Victoria del Portete y Nabón.
El tema hídrico y la educación intercultural bilingüe son dos de las preocupaciones fundamentales. “Cerrar escuelas para la educación bilingüe están perjudicando a nuestros niños. Son largas distancias las que recorren y ya no quieren ir a estudiar”, dijo Rosa Masabalin, del Movimiento Indígena de Tungurahua.
En el Austro, por ejemplo, el agua es un tema sensible. La Federación de Organizaciones Campesinas del Azuay, sistemas comunitarios de agua y la Unión Provincial de Comunas y Cooperativas Cañaris, que agrupa a nueve asociaciones, serán las principales que se sumarán al paro del FUT.
Para Anastasio Pichizaca, presidente de esta cooperativa, que agrupa a nueve organizaciones de la provincia de Cañar, “los indígenas se suman al paro” porque sus demandas no son escuchadas, mientras ha mantenido conversaciones con las diferentes comunidades de esa provincia.
En el norte, en Imbabura, la Federación de Indígenas y Campesinos (FICI), que congrega a 180 comunidades, no se movilizará a Quito; realizará sus propias marchas en sus respectivas comunidades.
Así, el pueblo Karanki y la Asamblea Cantonal de Cotacachi, conformaron el Colectivo Unitario de Imbabura, que anunció que se unirá a las manifestaciones de hoy.
En la Sierra centro, la fuerza principal que se une al sindicalismo es el Movimiento Indígena de Cotopaxi, de los pueblos Chibuleo, Salasaca, Tomabela, Quisapincha y Pilahuín. Y en la Amazonía, en Pastaza, se pronunciarán las nacionalidades Zápara, Shuar y Kichwa.
Y en Esmeraldas, la Federación Única Nacional de Campesinos Afiliados al Seguro Social (Feunaccs) no descartó incluso cierres parciales de vías. El Gobierno ha anunciado un control en las carreteras con la Policía para que se mantengan transitables.
Sin embargo, lo que ocurra en las ciudades, donde se encuentran los poderes y representaciones del Estado, será la prueba de fuego del sindicalismo y las organizaciones sociales.
El inicio oficial del paro está previsto para el 13 de agosto. El oficialismo responderá en Quito con una concentración en la Plaza Grande. Lo anunciaron ayer las organizaciones afroecuatorianas que apoyan al Régimen.
Las que se oponen, en cambio, están en permanente contacto con las provincias y se han realizado constantes asambleas locales.
Así lo afirma Pablo Serrano, presidente del FUT, quien confía en que la clase media del país apoye esta medida de los trabajadores.
El presidente de la Federación Unitaria de Organizaciones Sindicales de Santo Domingo de los Tsáchilas, Rolando Carrión, anunció que serán más de 15 organizaciones sociales y sindicales de toda la provincia. “Durante todas estas últimas semanas nos hemos reunido en las noches para planificar nuestras acciones, la elaboración de las pancartas, camisetas y consignas.
Solo hemos hecho público el lugar de la concentración (redondel de los Continentes, centro) pero no las demás acciones por estrategia”.
Abriga la esperanza de tener por lo menos 1 000 personas en las calles. “Nuestra plataforma de protesta son las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional como las económicas, el alto costo de la vida, la constante venta de nuestro petróleo anticipado a China y ahora a Tailandia”, sostiene.
En Guayas, la situación es similar. Se han anunciado plantones en diferentes sitios de la ciudad y la Unión de Asociaciones de Comerciantes Minoristas del Guayas es uno de los grupos que se ha sumado al paro nacional.
Ellos impulsarán su plataforma de lucha para que el Gobierno derogue la Ley de Justicia Social. Junto a ellos, la UNE y el FUT provincial se unirán para exigir el aporte del Estado a las pensiones jubilares.
Por otra parte, mientras el Gobierno anuncia la eficacia y más beneficios del Biess para los afiliados al Fondo de Cesantía del Magisterio, los miembros de la Unión Nacional de Educadores reclaman la devolución de este fondo.
Vinicio Lara, presidente de la Unión de Santo Domingo de los Tsáchilas, pedirá al Gobierno que “devuelva esos recursos (USD 405 millones) porque al apropiarse de nuestro dinero lo que hicieron fue un atraco”.
Mientras el ambiente político se caldea en el país, la Presidencia confirmó que Rafael Correa viajará a Surinam para participar hoy en la posesión del presidente Desiré Delano Bouterse. Volverá el 13.
En contexto
El gobierno del presidente Rafael Correa enfrenta el primer paro nacional, desde que llegó al poder en el 2007. El último paro que se hizo en Ecuador fue en 1983. Entonces los principales actores también fueron los sindicatos y bloquearon las principales vías.