Este martes 29 de enero del 2019, agentes de tránsito hicieron un control de papeles, velocidad y uso de carriles. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Pararse por un momento en la avenida Simón Bolívar, a la altura de la Universidad Internacional, es atemorizante. Los vehículos pasan veloces, por lo que se sienten constantes y cortas ráfagas de viento, acompañadas por el ruido de motores, especialmente de las motos y los camiones.
Este es precisamente el lugar en donde más a menudo hay accidentes debido a la entrada y salida de vehículos, a la alta velocidad y a las curvas.
En esta ruta están siete de los 18 radares de velocidad fijos que hay en la ciudad. Estos primero informan al conductor la velocidad a la que va. Solo si supera el límite de 90 km por hora se genera una luz de alerta y se fotografía la placa. Así se emiten las fotomultas.
Según la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), esta vía rápida de 58 kilómetros (incluyendo la prolongación hacia la Manuel Córdova Galarza) es la más compleja.
El año pasado, por ejemplo, hubo 29 fallecidos por accidentes. En el 2017 fueron 28. Los siniestros de tránsito pasaron de 501 en el 2017 a 517 en el 2018.
Al sector de la Universidad Internacional se suman otros cinco puntos conflictivos: La Forestal, la Loma de Puengasí, Guápulo, la Granados y Gualo.
Jorge Ramírez, director de Operaciones, explica que son tramos peligrosos debido a la configuración de la vía, que se vuelve un factor de riesgo por la velocidad. Cree que es necesario que los conductores sean más conscientes, cautos y respeten la señalética.
La Gerencia de Operaciones de Movilidad de la Epmmop invirtió USD 141 922 en señalización horizontal, vertical y elementos de seguridad vial, en el 2018. En esta vía hay letreros sobre límite de velocidad, precaución en tramos sinuosos e incluso bandas transversales, que causan una vibración de alerta al pasar. Pero eso no suele ser suficiente, por lo que la AMT coloca barricadas, barreras jersey y conos móviles a diario, como alerta.
Tanqueros, camiones, tráileres ybuses deben ir por la derecha,pero usan otros carriles. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Cada punto conflictivo tiene su complejidad. En La Forestal suele producirse una fuerza centrífuga cuando los autos van rápido y en la Loma de Puengasí, la salida intempestiva de carros y la parada de buses causan frenazos y colisiones.
En Guápulo, la gente baja a exceso de velocidad y toma una curva conocida como horizontal (en un radio de 180°), que afecta a la estabilidad. Algo similar ocurre en Gualo. En Guápulo hubo tantos accidentes, que las puertas de emergencia se dañaron y debieron ser reemplazadas.
La Epmmop también renovó otras 14 puertas dañadas, que sirven para organizar los contraflujos, de 06:30 a 08:30 aproximadamente.
En la Granados no se registran accidentes graves, pero sí constantes. Los más comunes son los rozamientos por el ingreso imprudente al redondel.
El modo de conducir de camioneros y buseros es uno de los principales problemas en esta avenida. Según los agentes que trabajan en la zona, es usual que ocupen el carril del medio o el izquierdo, cuando la ley manda que deben circular por el derecho.
Este tipo de prácticas causa desorden en la circulación, puesto que los conductores de autos pequeños usan el carril derecho para rebasar, aunque esto está prohibido.
A pesar de que enero ha sido un mes mayoritariamente seco, hasta el día 18 ya se registraron 25 accidentes que dejaron 26 heridos y un fallecido. Ahora que volvieron las lluvias, el riesgo de accidentarse a causa del exceso de velocidad y del efecto ‘aquaplaning’ aumenta.
Este se produce cuando las primeras gotas de agua se mezclan con sedimentos propios de la circulación de los más de 50 000 vehículos que usan esta vía a diario. Eso evita que las llantas se adhieran adecuadamente y el conductor pierda el control del vehículo.
La Epmmop ha hecho reformas geométricas. En el 2016, a la altura del intercambiador de la Interoceánica, se mejoró el diseño de la curva, según Christian Zaragocín, gerente de Operaciones de Movilidad de la Epmmop. Los trabajos más constantes son reposiciones de guardavías, que se dañan por los choques, y señalización horizontal y vertical.
Zaragocín cree que es necesario que las autoridades nacionales hagan auditorías viales para mejorar la seguridad. La Epmmop ha hecho estudios puntuales en esta avenida.
Luis Venegas, coordinador del eje Simón Bolívar de la AMT, explica que 100 agentes trabajan a diario allí. Este martes 29 de enero del 2019, agentes y fiscalizadores realizaron un operativo sorpresa, con un radar móvil, a la altura de la Hormigonera. “Tratamos de frenar el exceso de velocidad y crear conciencia”, dice el uniformado. Este se hizo con el respaldo de un grupo de motorizados que sigue a quienes intentan evadir el control.