El edificio del Municipio está en remodelación y las oficinas funcionan en un coliseo. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
El coliseo ubicado en el centro de Salitre ya no es escenario de encuentros deportivos. Desde el 1 de julio de 2019 fue adecuado con escritorios, archivadores, impresoras y más mobiliario de oficina. Ahí se recibe a una multitud de usuarios que llega a diario para realizar algún trámite municipal.
Ese lugar es la sede del Cabildo del cantón, considerado la ‘Capital Montuvia del Ecuador’. Funciona ahí porque el edificio municipal, frente al parque central, está en remodelación. Se prevé su reapertura para el 25 de este mes, dos días antes que se conmemoren los 60 años de cantonización.
Una mesa larga, instalada en una esquina del coliseo, es el espacio donde el alcalde Julio Alfaro atiende a los ciudadanos. No hay paredes ni privacidad.
El cambio, pese a las incomodidades, corresponde a una de las primeras acciones que tomó la nueva administración para “ordenar la casa”. Se busca activar un plan para revertir las malas condiciones de vida, según el Índice de Desarrollo Humano (IDH).
De acuerdo con el estudio presentado en septiembre pasado por los investigadores Juan José Illingworth y Felipe Campaña, este cantón tiene la tasa más baja del país: 0,68. Esta escala, del 0 al 1, dista del líder del índice, Sevilla de Oro, que alcanzó 0,91.
El estudio determinó que los ingresos anuales de cada poblador son bajos, hay poco acceso a la educación y la esperanza de vida es más baja. El promedio es de 74,8 años, menor a los 78,6 años de Loja.
Estos parámetros se midieron con las cifras del INEC, el Banco Central, Ministerio de Educación y la Senescyt.
El vicealcalde salitreño, Jorge Orlando, reconoció que existen deficiencias para atender a la población. Por ejemplo, se cerraron 10 escuelas rurales en la última década, lo que afectó a más de 1 500 estudiantes que debieron migrar a la educación particular local o a instituciones en otros cantones. Tampoco hay educación superior, por lo que alrededor de 1 000 jóvenes estudian en Guayaquil o en Babahoyo, a una hora de distancia.
El hospital no atiende las 24 horas y la vialidad “está totalmente destruida”.
Esas carencias se observan en el ingreso a la cabecera cantonal, desde la vía a la parroquia rural Vernaza. La ruta no tiene asfalto y los vehículos sortean los baches.
Tampoco hay un plan de regeneración urbana, por lo que no hay aceras ni bordillos. Otros barrios sufren por la falta de servicios básicos, por lo que el porcentaje de cobertura es mínimo (ver gráfico).
“No tenemos calles, las cooperativas de vivienda están totalmente desorganizadas, no hay aarillado, no tenemos infraestructura de agua potable”, explicó Orlando.
Pero el Cabildo tampoco tiene los recursos suficientes. El Vicealcalde explica que el presupuesto de este año es de USD 11,6 millones, pero esta nueva administración recibió USD 120 000, porque el resto estaba comprometido en obras del anterior alcalde.
En el barrio Virgen del Carmen se construye la red del alcantarillado sanitario. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
En barrios como Virgen del Carmen, los habitantes esperan las obras. La vecina Lucy Chávez, de 38 años, se queja por la falta de asfaltado y de alcantarillado, que necesitan previo a la llegada del invierno. El barrio luce polvoriento.
Para mejorar la situación, el Municipio estudia varias opciones. Se identificó que los desafíos y prioridades hasta el 2023 serán: infraestructura sanitaria, salud, educación y vialidad. Se iniciaron los diálogos con entidades del Gobierno para ejecutar los proyectos.
Para una cobertura del 60% de agua potable se requieren cinco plantas potabilizadoras. La primera funciona en el sector de Sauces. Para las otras cuatro se busca un financiamiento de USD 260 000.
Jorge Jaime, director de Obras Públicas, comentó que la primera planta, ubicada en el barrio Sauces, llega a 800 familias. Mientras que en los sectores Victoria y Junquillas se construye la red del alcantarillado sanitario. La inversión suma USD 2 millones, de los cuales el 59% corresponde a un subsidio de la Senagua y el 41% al Banco de Desarrollo.
Otros planes, precisó, se presentarán a futuro al Gobierno.
En este escenario, el cantón prepara sus festejos. Este 27 se tienen previstos el desfile militar y la sesión solemne.