Una misa masiva se celebró en la Cruz del Papa el 23 de abril, en homenaje a las víctimas del terremoto del 16 de abril de 2016 en Ecuador. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Sin distintivos que identifiquen al partido político al que pertenecen, al barrio donde habitan o al lugar donde trabajan, decenas de personas se reunieron hoy (23 de abril) en la Cruz del Papa del parque La Carolina, en el norte de la ciudad.
Llegaron a ese lugar a las 18:58, hora en la que el pasado 16 de abril un terremoto de 7,8 en la escala de Richter sacudió la zona costera del país. Al momento, según datos proporcionados por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo, el número de fallecidos asciende a 646. Hay 130 personas desaparecidas y 26 091 albergados.
Por ellos, precisamente, niños, adultos y personas de la tercera edad se congregaron en el emblemático parque de Quito. En ese lugar elevaron una plegaria junto al Arzobispo Travez, quien narró historias de horror (una chica de 16 años que perdió la vida por salvar la de su abuela) vividas tras visitar las zonas afectadas. Allí pidieron por todos los afectados del terremoto: por aquellos que perdieron a su ser querido y por las personas que mantienen la esperanza de encontrar con vida a sus familiares bajo los escombros.
También le pidieron a Dios, a las estrellas, la luna, la madre Tierra… que les dé resignación a los damnificados para aceptar que perdieron sus cosas materiales y fuerza para que se levanten y empiecen de nuevo. Oraron también para que las réplicas – 782 hasta las 11:45 de este sábado- cesen y para que el miedo, temor, nervios se desvanezcan con el paso del tiempo; y para que día a día se sumen más voluntarios y especialistas.
Al parque acudieron mujeres con sus esposos e hijos, novias y novios tomados de la mano; amigos. Lo hicieron portando velas y flores –habían rosas y claves rojas y blancas-, pancartas donde plasmaron mensajes de motivación para los damnificados y sus donaciones: víveres, pañales, ropa, fósforos, más agua, galletas, chocolates…
Esa convocatoria la realizó el alcalde de Quito Mauricio Rodas a través de las redes sociales de Facebook y Twitter. El mensaje, así como sucedió con el que solicitaba la colaboración de todos los ecuatorianos para ayudar a los damnificados por la catástrofe natural, se masificó por WhatsApp, y tuvo la cogida deseada. En ese mensaje se alertó también de los tres minutos de silencio que se guardaron en nombre de las víctimas.
Después de esos minutos, personal del Municipio de Quito motivó a las personas que se reunieron alrededor de la Cruz del Papa a seguir mostrando su lado más generoso y solidario, pues según él y las autoridades pertinentes, el pueblo manabita necesita de esa generosidad para vivir y para sentir que están acompañados. Entre los materiales más solicitados están: leche de fórmula, compotas, suero oral, mascarillas, gasas esterilizadas, repelente, gasa para quemaduras.
Durante los tres minutos de silencio decenas de mujeres y hombres lloraron, es que aún les cuesta creer que una catástrofe natural de esa magnitud haya sacudido al país y que después de siete días siga aumentando el número de fallecidos, de desaparecidos y de damnificados.
En la mañana, el Primer Mandatario, Rafael Correa, en su enlace sabatino número 472, afirmó que en las próximas horas firmará un decreto de luto nacional de ocho días.
Tras la intervención del Arzobispo Travez las personas que se reunieron en la Cruz del Papa entonaron las sagradas notas del Himno Nacional. Cuando la música dejó de sonar se escuchó un “Viva el Ecuador”, “Viva Quito”.