Lo primero, el mayor éxito al nuevo Alcalde de Quito, lo mejor de lo mejor, pero siempre insistiendo y recordando que estamos en el camino acelerado de respirar solo aire contaminado al estilo de París, México o Santiago, entre otras ciudades, que tenemos derecho al “buen vivir”.
Para llegar a este estatus de vida se req uieren decisiones trascendentales que vayan cogidas de la mano del sentido común, Quito es una ciudad que simplemente ya no tiene cabida para más autos, no seamos ciegos, no hay espacio, hay que pedir la suspensión por lo menos de cinco años la producción e importación de vehículos, la chatarrizaciòn de vehículos de más de quince años, como cualquiera con un sueldo básico tiene acceso a comprar vehículo exigir la justificación de disponer de parqueadero propio, disponer que el sistema financiero destine nuestros recursos a auspiciar la pequeña industria pyme que es el motor del país y que no se utilice para vehículos, ampliar el “día y placa”, incremento del costo de la matrícula, medidas dramáticas como imponer peajes dentro de la ciudad aunque dicen que es ilegal los “entendidos”, potencializar el transporte actual, aumentar el impuesto al rodaje, optimizar la construcción del “metro”, eliminar periódicamente el subsidio a los combustibles y en fin cualquier medida que conduzca a mejorar la calidad de vida de las mayorías y desestimular la compra. Por supuesto, estas “sugerencias” afectarán a las minorías poderosas, pero la mayoría “manda”.
Estamos en democracia ¿no? Quien tiene vocación de servicio estima que es preferible cosechar desagradecimiento que dejar de hacer beneficios, se siembra aún después de una mala cosecha.