Redacción Quito
El sonido de los frenazos inesperados de los automotores y de las llantas derrapando sobre el pavimento asustaron a Olga Soria. Ella caminaba sobre la acera de la av. Eloy Alfaro, frente a la nueva terminal de Carcelén.
Se sorprendió al mirar cómo los vehículos, que utilizan el carril sur-norte, deben disminuir de un momento a otro la velocidad frente a la luz roja. La señal está ubicada al final de una curva pronunciada. “Esto puede causar accidentes”, dijo la mujer, mientras cruzaba la calzada hacia la estación de buses interprovinciales.
Los semáforos fueron colocados por el Municipio y la Policía para permitir el paso de los peatones hacia la estación. En el carril también hay un giro hacia la izquierda para ingresar a la terminal.
Pero para María del Pilar Oñate, conductora de un Peugeot gris, las señales están mal ubicadas. “Tuve que frenar a raya porque la señal esta fuera de la curva. No hay un letrero que nos alerte de su presencia”, dijo frente a la luz roja del semáforo.
Las señales electrónicas también dan paso a los buses que parten de la terminal a las provincias de Carchi e Imbabura. Así como a los alimentadores de la Ecovía,que llegan hasta ese lugar. Desde ayer se levantó el parterre central para habilitar un carril más.
El sargento Segundo Ramírez vigiló ayer el tránsito y advirtió que los semáforos son elementos necesarios para los peatones que desde la próxima semana deberán llegar hasta esta terminal.
Yolanda Sotomayor es vecina de la nueva estación, vive sobre la calle Gonzalo Correa. Ella espera que con las nuevas señales los autos disminuyan la velocidad en el sitio y se pueda circular con tranquilidad. “Esta pendiente es muy peligrosa, los automotores vienen rápido y no respetan nada ni a nadie. Ojalá con la señal los conductores se moderen”.
Con ella coincide Omar Siguënza, otro vecino, afirmó que los peatones serán los más beneficiados. “Por fin tenemos por dónde cruzar”. Aunque señaló que todavía hay que adecentar las veredas que están frente a la terminal.
En el lugar hay un terreno baldío y un bosque de árboles de capulí. El área verde está descuidada y se utiliza como basurero. Asimismo, en la acera la hierba crecida, piedras y tierra son los obstáculos que deben atravesar los peatones que llegan a la estación.
Estas áreas descuidadas son focos de inseguridad, según Siguënza. “Los ladrones siempre han usado este sitio para ocultarse. Esperamos que haya suficiente control para evitar robos a los pasajeros que llegarán”.
Las obras continúan
La apertura de la nueva estación de Carcelén se pospuso debido a la inconformidad de los conductores.Ellos aseguraron que no hay condiciones para la operación.
En el lugar todavía se levantan los cimientos para las salas de espera y boleterías. La obra tomaría tres meses.