Senadora del partido FARC alerta ante la ONU sobre la 'desesperanza' en Colombia

Iván Duque no continuará negociaciones con ELN hasta liberación de rehenes. Foto: EFE

Iván Duque no continuará negociaciones con ELN hasta liberación de rehenes. Foto: EFE

Iván Duque no continuará negociaciones con ELN hasta liberación de rehenes. Foto: EFE

La excomandante guerrillera de las FARC, Victoria Sandino, convertida en senadora, acudió esta semana a la ONU en Ginebra para alertar sobre la “desesperanza” en Colombia por los “incumplimientos” en la aplicación del acuerdo de paz.

“ (...) Hay avances en la paz de Colombia en términos de que se paró la confrontación armada. Se ha parado el derramamiento de sangre en los campos colombianos ” afirma Sandino, en una entrevista.

“Pero estamos en un momento muy complejo, muy difícil de la implementación” del acuerdo de paz firmado a fines de 2016 con el gobierno colombiano, agrega la senadora.

Es una fase “de mucho escepticismo, de desesperanza incluso de la gente que más ha vivido el conflicto”, los “ocho millones de colombianos que han sido desplazados de su territorio, despojados de sus tierras” insiste Sandino, que fue negociadora del acuerdo de paz en la conversaciones en Cuba.

Tras el acuerdo de paz, las Fuerzas armadas revolucionarios de Colombia (FARC) se transformaron en partido político. Este partido ha denunciado los incumplimientos de las autoridades en la aplicación del acuerdo, en particular los recursos prometidos para la reintegración de los exguerrilleros y para su seguridad.

La llegada a principios de agosto a la presidencia colombiana de Iván Duque, que ha prometido modificar el acuerdo -según él demasiado indulgente con los exjefes guerrilleros- , ha reforzado las inquietudes, según Sandino.

“Tenemos una preocupación enorme en el sentido de los incumplimientos ” asegura la senadora.

Sandino, de 53 años, llegó el martes a Ginebra donde se reunió con responsables del Consejo de derechos humanos.

Sandino también tiene prevista una entrevista este viernes con la Alta comisionada adjunta de Naciones Unidas para derechos humanos, Kate Gilmore.

Presión sobre Bogotá 

La senadora aprovechó asimismo la sesión del Consejo de derechos humanos de la ONU para tener “relaciones bilaterales con distintos países que han estado acompañando el proceso de paz”.

El objetivo es “denunciar y visibilizar (...) la situación de derechos humanos que hay en nuestro país”, como las violencias ejercidas contra los militantes de derechos humanos y líderes comunitarios y sociales.

Asimismo, la senadora hace un “llamado a toda la comunidad internacional para que siga acompañando este proceso” en Colombia, afirma.

Según la senadora, 76 exguerrilleros de las FARC han sido asesinados desde la firma del acuerdo de paz. Además, 20 personas, familiares de excombatientes, han sido también asesinados, y seis excombatientes están desaparecidos.

Por otro lado, “parte de lo que ocurre en Colombia es justamente el asesinato de líderes”, asegura Sandino.

“Desde el momento en que se firmó el acuerdo de paz, el 24 de noviembre de 2016, a la fecha de hoy, han asesinado a 347 líderes (...) en sus territorios (...) defensores de derechos humanos, reclamantes de tierra, gente que viene haciendo pedagogía por la paz (...)”, explica la senadora.

Epicentro de tráficos 

Aunque el acuerdo con las FARC ha reducido la intensidad del conflicto en Colombia, la violencia continúa, especialmente en las zonas fronterizas, epicentros de diversos tráficos, en especial el de cocaína, del que Colombia es primer productor mundial.

Para Sandino, el hecho de que “la comunidad internacional siga acompañando el proceso en Colombia” es “un blindaje para la gente”.

El hecho de “que estén las delegaciones internacionales” en Colombia, y que “conminen o inviten al gobierno colombiano a que cumpla con lo pactado y que respete los derechos humanos, es fundamental”, según la senadora.

En más de medio siglo, se han enfrentado en el conflicto colombiano guerrillas, paramilitares de extrema derecha y fuerzas armadas, dejando más de ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.

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