Vigilancia policial en 3 invasiones es mínima

En El Porvenir. Este sector es otra invasión del sur de Quito. Los moradores dicen que serán legalizados.

En El Porvenir. Este sector es otra invasión del sur de Quito. Los moradores dicen que serán legalizados.

Los hombres hacían rondas nocturnas y disparaban al aire. Desde julio pasado, los tiros se escuchaban todas las noches. Hace dos meses los vecinos denunciaron el hecho a la Policía y los agentes detuvieron a un desconocido que en su cinto traía un revolver calibre 22.

Tras ser arrestado, él reconoció que vigilaba “el nuevo barrio”. Se refería a San Vicente, un sector cuyas tierras fueron invadidas y cada lote de 200 metros cuadrados se vendieron en USD 3 500.

La semana pasada, la Policía desalojó estas propiedades, aunque no son las únicas ocupadas ilegalmente. Este Diario entró a tierras que han sido bautizadas como Tiguas, Los Pinos y El Porvenir.

Unas 100 hectáreas están invadidas y el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) dice que son suyas.

Las pequeñas casas de bloque están separadas por amplios terrenos. Otras están a medio construir y hay obreros trabajando. Para llegar al lugar solamente hay un estrecho camino enlodado.Tampoco hay puestos fijos de Policía. Los agentes que detuvieron al hombre armado operan en La Victoria Central, puesto alejado de zonas invadidas. Un policía que allí trabaja dice que “han recibido bastantes auxilios, porque hay peleas. La gente quería posesionarse de las tierras y eso generaba rivalidad entre dos grupos”. Los patrullajes son esporádicos.

En El Porvenir viven unas 200 personas. Un hombre, que labra la tierra, habla poco. Solo dice que están allí hace nueve años y que no tienen documentos que respalden su propiedad. A ese lugar únicamente ingresa gente conocida. Cuando llega un forastero todos se reúnen en cuestión de minutos. Mariana Andrango, una mujer pequeña, es la que habla por todos. “Señor, de entrada le dijo que aquí no hay invasiones y si van a decir algo malo de nosotros mejor no entre' Con tanta lucha hemos logrado que el 19 de febrero finalmente nos legalicen las tierras”. Dice que Oscar B. es la persona que tramita las escrituras en el Ministerio de Agricultura y en los cerramientos colocaron banderas de color verde con la imagen del presidente Correa.

En el Cabildo se dice que en la capital no existen invasiones, sino barrios irregulares. A estos últimos se los considera así por la presencia de traficantes que venden terrenos ajenos. La concejal Elizabeth Cabezas, de la Comisión de Ordenamiento Territorial, señala que hay 486 barrios de este tipo.

En El Porvenir los vecinos se convocan cuando llega la Policía. “No vamos a permitir que nos desalojen. Aquí nos paramos fuertes”, dice un morador que hace dos años ya fue sacado de ese lugar.

Joel Bravo, un hombre alto, vigila la entrada al sitio, que está asegurada con dos cadenas colgadas de extremo a extremo.

Igual sucede en Tiguas. En la entrada se colocó un letrero con una aclaración: “Prohibido el ingreso a particulares”. Desde lejos se ven pequeñas casas de bloque, que no miden más de 4 metros cuadrados. Cuando ven a desconocidos, la gente se esconde. Una mujer sale y comenta que no tienen documentos, pero que pagaron USD 4 000 a un hombre. “Este momento no recuerdo el nombre de ese señor, pero sí tenemos todos los recibos”.

La señora dice temer por posibles desalojos. Por eso, en San Vicente se formaron cuerpos de seguridad para vigilar la zona.

La secretaria de Seguridad del Municipio de Quito, Lourdes Rodríguez, dice que “esos grupos armados no son de personas que viven allí. Pueden ser de los mismos traficantes de tierras que amenazan a la gente y provocan temor para que paguen lo que les deben y para que no vayan a denunciar eso ante la Justicia”.

La funcionaria hace otra aseveración: “Puede haber personas que aprovechándose de esos asentamientos irregulares realicen actividades delictivas, pero no podemos generalizar”.

Eso sucedió con un hombre acusado de violación. Los agentes que vigilan en La Victoria Central descubrieron que actuaba en otros barrios del sur y permanecía en zonas invadidas. Allí también actuó en dos hechos.

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