Imagen referencial. William R., de 44, vivió un secuestro exprés la noche del 13 de febrero de 2019 tras subirse a un carro amarillo en las avenidas Colón y 10 de Agosto. Foto: Archivo EL COMERCIO
Dos casos de secuestro exprés se reportaron en la semana del 11 al 15 de febrero del 2019 en Quito. El martes 12, a Víctor B. (nombre protegido), de 30 años, lo golpearon luego de tomar un taxi en el norte de la capital. William R., de 44, vivió lo mismo la noche del 13 tras subirse a un carro amarillo en las avenidas Colón y 10 de Agosto.
Ambos coinciden que existe una banda delictiva dedicada a esa actividad, que opera en el norte de la urbe. Este el testimonio de Víctor B.:
“Yo salí de mi trabajo, ubicado en la intersección de la avenida República del Salvador y la calle Suecia. Eran aproximadamente las 22:30. Mi error fue ser impaciente y no esperar una hora hasta que llegue el bus del recorrido que me lleve a mi casa en el norte de Quito. Preferí tomar un taxi en la calle y luego tuve problemas.
Tras salir de la oficina, paré un carro amarillo de marca Renault con franjas negras y me ubiqué en el asiento posterior. El chofer arrancó y tomó la avenida De los Shyris. Al llegar a la intersección con la calle El Telégrafo, él me dijo que el carro tiene problemas mecánicos y paró, los seguros de las puertas se desactivaron. De forma repentina se subieron tres desconocidos, quienes comenzaron a agredirme.
Uno se trepó al asiento del copiloto y otros dos me rodearon. Uno me agarró por el cuello y me lanzó gas pimienta en los ojos. Intenté defenderme y ellos comenzaron a golpearme con mayor agresividad. El tipo que iba adelante me agredió con un palo en la cara y me caí.
Continuaron con la golpiza y me hurgaban en los bolsillos. Me preguntaron si tenía dinero, pero en ese momento apenas llevaba USD 30. Ese día no tenía tarjetas de débito o crédito, solo esa cantidad. Yo creo que eso les disgustó y me agredieron con más ira. Luego me apuñalaron porque no tenía cosas de valor, tampoco billetes en efectivo.
Me cortaron las piernas. Con los brazos me cubría las zonas del hígado o los riñones para evitar lesiones graves. Me acuchillaron en las extremidades superiores, pero me hice el que perdí el conocimiento para que paren de agredirme físicamente. Me asaltaron durante media hora y finalmente me abandonaron en la zona del centro comercial El Bosque.
Cuando me arrojaron del carro en la calle, volvieron a agredirme con violencia. En ese momento no reaccionaba porque solo quería que me dejen en paz. Recibía golpes sin quejarme hasta que esos hombres se fueron.
El pasado jueves 22 de febrero de 2019, en Diario EL COMERCIO leí sobre un caso de secuestro exprés registrado el pasado 13 de febrero.
Las circunstancias que vivió ese señor son similares a las mías. Es decir, un carro amarillo de la misma marca y el chofer de características físicas iguales, trigueño, de cabello rizado con un arete en la oreja, de aproximadamente 30 años. Cuando subí al carro me trató de una forma muy cordial, me hacía la conversa.
Luego, él también me agredía con sus amigos. Siempre utilizaron gas pimienta. Mis ojos están rojos y quemados. El médico me dijo que tengo una fractura en la nariz, perdí la vista y tengo lesiones en mis ojos. Con uno no puedo ver de forma completa”.