“Mi reacción fue defenderme. Rocié alcohol en los ojos del hombre que llevaba el revólver”, relata la víctima. Foto: EL COMERCIO
Alexánder (nombre protegido) siempre había escuchado que ante un robo lo mejor es no poner resistencia. Pero cuando dos hombres ingresaron al local de carnes, en donde trabaja, su reacción fue defenderse. Forcejeó con un asaltante, mientras su cómplice lo apuntaba con un revólver.
Este 8 de diciembre del 2020 contó esos segundos en los que -dice- solo trató de defenderse.
“Esto ocurrió el sábado 5 de diciembre del 2020. Mi compañera y yo atendíamos la tienda, ubicada en el sector de la Jipijapa (norte de Quito). A las 16:28 ingresó un hombre y preguntó sobre un corte de carne. Dos segundos después entró su cómplice y me apuntó con el arma. Uno de ellos dijo: ahora sí pasen todo, presten el celular.
Mi reacción fue defenderme. Rocié alcohol en los ojos del hombre que llevaba el revólver.
Mientras tanto, el primer hombre que había entrado al local se dio la vuelta el mostrador y me quería agredir. Comenzamos a forcejear y caímos al suelo. En ese momento no podía ver al hombre armado. Alcancé a tomar un atomizador de una fragancia que usamos para el local y de nuevo le rocié al delincuente.
Esta vez sí le eché bastante líquido en los ojos y no podía ver. En ese momento, los dos se pusieron nerviosos y salieron corriendo del local.
Yo les seguí. Mi compañera encendió la alarma del local y otros vecinos se percataron de que algo pasaba.
Corrí detrás de los dos asaltantes. Vi que un carro celeste sin placas, tipo sedán, les esperaba a una cuadra. Subieron allí y huyeron con dirección hacia el sur.
En ese instante llamamos al ECU 911 y solicitamos ayuda, pero la Policía llegó una hora después. En el tiempo que estuvimos esperando, pudimos acceder a la grabación de la cámara de video y ahí me di cuenta que el hombre que ingresó armado tenía la intención de disparar.
Como estaba forcejeando con su cómplice no me había percatado que rastrilló el arma y que intentó atacarme más de una vez, pero parece que la pistola se trabó.
Llamamos al ECU 911 dos veces. Ellos nos hicieron muchas preguntas, incluso nos cuestionaron. Mi compañera, por ejemplo, les dijo cómo estaban vestidos los ladrones, que los dos hombres tenían acento extranjero y que uno de ellos llevaba brackets.
Pero la persona que contestó la llamada nos dijo que la información no era trascendental. Si la Policía los hubiera buscado inmediatamente habría sido fácil ubicar el carro celeste y a la persona con brackets.
Es la primera vez que nos intentan asaltar en este local. Sin embargo, en este sector de la Jipijapa se escuchan todo el tiempo robos.
Otros vecinos nos contaron que también han sido asaltados entre noviembre y este mes. Hay robos pequeños que son cometidos por los indigentes que han proliferado por aquí.
Nosotros pedimos más seguridad a la Policía. Más patrullajes por este sector. A partir de este incidente que tuvimos el sábado, los uniformados de la UPC de la Río Coca dijeron que nos van a instalar el botón de seguridad en el local y que van a pasar dos veces al día.
Esas cosas son buenas, pero lo que queremos es que atrapen a esas personas que andan armadas, queremos que los metan en prisión y que ningún juez lo saque en menos de 24 horas. Solo así, quienes trabajamos honradamente vamos a tener paz”.